Gerardo Melgar Viciosa se ha mostrado confiado en la palabra de Dios para poner fin a la «sequía pertinaz» que azota al campo manchego.
Ignorando los avances científicos en el ámbito de la meteorología, la Iglesia católica ha decidido tomar parte en la sequía que azota al campo manchego, sobre todo en la cuenca del río Guadiana, ordenando por decreto el rezo de sus feligreses como solución al problema.
Así lo ha hecho al menos el obispo prior de Ciudad Real, Gerardo Melgar Viciosa, quien ha publicado este lunes una rogativa ad petendam pluviam (para pedir la lluvia) en la que encomienda «encarecidamente» a todos los sacerdotes, consagrados y fieles a que eleven oraciones al cielo para que «el Señor, que todo lo puede, nos conceda la lluvia necesaria para nuestros campos».
La Diócesis de Ciudad Real ha tenido en cuenta la «sequía pertinaz» que está sufriendo la provincia en las últimas semanas y ha confiado en la oración peticionaria, recordando las palabras de Dios «pedid y recibiréis».
Un modo «sencillo» de hacerlo, ha comentado el obispo, además de la oración personal, «es implorar la lluvia en todas las celebraciones de la eucaristía, bien con las preces ad casum del libro de oración de fieles o con las oraciones apropiadas del Misal romano».
Finalmente, el obispo se ha mostrado seguro de alcanzar esta gracia por la promesa del Señor, haciendo mención al evangelio de Juan: «Cuando pidáis al Padre unidos en mi nombre, se os concederá».
Gerardo Melgar ya ha planteado en alguna ocasión peticiones propias de otros tiempos. El obispo pidió guardar un día de ayuno y oración ante la aprobación de la ley de Eutanasia, e invitó a «pedir al Señor que inspire leyes que respeten y promuevan el cuidado de la vida humana».
