El próximo viernes el DOCM publicará el inicio del expediente para otorgar este reconocimiento esta manifestación de gran arraigo.
Las botargas serán declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría inmaterial, al ser una manifestación cultural «que lleva arraigada desde hace siglos en nuestra tierra».
Así lo ha avanzado la consejera de Educación, Cultura y Deportes, Rosa Ana Rodríguez, quien ha precisado que el próximo viernes 28 de enero, el Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM) publicará la incoación del expediente para la declaración como BIC.
Se trata de una manifestación cultural de gran relevancia en la provincia de Guadalajara, donde conservan más de una treintena de botargas.
Algunas de ellas, ha apuntado Rodríguez, tienen su espacio para «ensalzar y mostrar esa grandeza cultural», como el propio Museo Provincial de Guadalajara o en Atienza, aunque es en la calle, en las festividades de los las localidades en las que aún se conservan, donde se muestran al gran público.
Un elemento folclórico y ancestral de la cultura popular, cuyo origen se sitúa en época prerromana, cuando se llevaban a cabo ciertos ritos de carácter petitorio para garantizar abundantes cosechas y otros beneficios para la comunidad.
Ritos que con el paso del tiempo se cristianizaron, pasando a convertirse en manifestaciones festivas que conllevaban la advocación de distintos santos.
En la Edad Media estos personajes iban pidiendo limosna por los pueblos, haciendo piruetas y llamativos movimientos para atraer a quienes, con motivo de las celebraciones, se acercaban al entorno de las iglesias, normalmente ubicadas en las plazas del pueblo.
Los vistosos colores de los trajes y las máscaras que cubren la cara de los participantes son las características más llamativas de esta manifestación, a la que el repicar de los cencerros colgados del cinto pone su particular nota ‘musical’. Personajes con joroba en la espalda, albarcas en los pies y cachiporra en mano, con la que golpear a los asistentes.
Y es que siguiendo la tradición, las botargas persiguen a niños y jóvenes del pueblo hasta el toque de campanas que anuncia la misa mayor.
En localidades de la Sierra Norte como Retiendas, Almiruete o Majaelrayo, así como en la comarca de La Campiña, en poblaciones como Beleña de Sorbe, Mohernando, Robledillo de Mohernando o Montarrón, aún se conserva esta tradición que en breve será reconocida como Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Castilla-La Mancha.