Este año 2021 pasará a la historia por las teorías negacionistas y por todas las manifestaciones convocadas en las que los ciudadanos mostraron su disconformidad con las restricciones impuestas para tratar de frenar el avance del coronavirus.
Grupos radicales, entre ellos varios de ideología neonazi y difusores de la teoría de la conspiración violenta de «QAnon», asaltaron a principios de año el Capitolio después de que fuesen convocados por Donald Trump, quien se negó a aceptar el resultado de las urnas.
Durante más de dos horas, el Ejecutivo de Trump no intervino. Solo cuando el asalto llevaba más de tres horas, Trump publicó un mensaje en Twitter en el que pedía a sus seguidores que «os vayáis a casa», aunque siguió insistiendo en que hubo fraude en las elecciones.
Pero ya era tarde. Los asaltantes destrozaron puertas, ventanas y cristales, irrumpieron en la Cámara de Representantes y se hicieron fotos en el despacho de su presidenta, la demócrata Nancy Pelosi. Los agentes que se encargan de la seguridad de los congresistas se vieron desbordados.
Este domingo 26 de diciembre, el centro de la ciudad de Valencia acogía una manifestación, convocada entre otras organizaciones por Unión Activa Valencia, en contra del pasaporte covid y de la vacunación infantil, en la que se han gritado consignas como: «libertad», «la vacuna mata», «no al pasaporte judío», «¿cuándo vais a contar la verdad?», «vacunas de la muerte» o «Resines: a todo cerdo le llega su San Martín», en referencia al actor que está ingresado en la UCI.
En la manifestación se ha podido ver a centenares de personas de todas las edades, religiones, sexos, ideologías y razas sin guardar la distancia de seguridad y sin apenas mascarillas porque «somos apolíticos», aseguraba Unión Activa Valencia. Diversas fuentes han denunciado que miembros partido ultraderechista España 2000 participaron activamente en la misma.
El líder de Vox, Santiago Abascal, también ha criticado este domingo al Gobierno por «pretender imponer» un «pasaporte apartheid» a los españoles «para hacer su vida normal» cuando no lo pide a «los miles y miles de extranjeros que entran ilegalmente» en el país. «Apoyamos las manifestaciones contra este despropósito», escribía en su cuenta de Twitter Abascal.
Este mismo lunes, un policía local de Alicante que fue suspendido de empleo y sueldo por negarse a lleva mascarilla ha difundido un mensaje en sus redes sociales un vídeo amenazando al presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, con «darle dos hostias» por implantar el pasaporte covid obligatorio para acceder a bares y otros establecimientos. Además, el policía ha descalificado a otros presidentes autonómicos como el andaluz, Juan Manuel Moreno, o el vasco Íñigo Urkullu a los que califica de chupópteros.
Según señala LUH Noticias, el Índice Global de Terrorismo 2020, publicado por el Instituto para la Economía y la Paz, constataba el mayor repunte de atentados ultraderechistas del último medio siglo en Occidente y advertía de que abordar el fenómeno sólo en términos de «organizaciones terroristas» constituye “un marco demasiado estrecho”, pues las tendencias reflejadas por el propio índice y “confirmadas por la movilización extremista durante el COVID” muestran “la necesidad de comprender las manifestaciones y los principios organizativos” del fenómeno, que “cambian rápidamente”. Así, instaba a tener en cuenta, junto a las «organizaciones terroristas» formales, “los ecosistemas más amplios, las formaciones ideológicas y las subculturas online de las que emanan cada vez más estas amenazas”.
Los discursos ultraderechistas se relacionan así con los de las agrupaciones negacionistas apoyados en corrientes pseudocientíficas apoyadas a su vez en mentiras y medias verdades sobre el COVID y las vacunas, que han encendido todas las luces de alarma en sociedades médico-científicas como la de Medicina Interna (SEMI), la de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC), la de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) o la de Médicos Generales y de Familia (SEMG), según indica el citado medio.