El 15 de agosto, en la Asamblea General de la Internacional de Humanistas de 2021, donde votaron por unanimidad para aprobar una nueva resolución política sobre la abolición mundial de las leyes contra la blasfemia. La resolución reafirma el compromiso de los humanistas con la libertad de pensamiento, conciencia, expresión y creencias para todos, y la convicción de que las sociedades prosperan mejor en donde se permite que florezcan el debate libre y racional, el pensamiento crítico, la creatividad artística y la libertad científica. La resolución es el resultado de años de campañas dirigidas por humanistas en todo el mundo para trabajar por la abolición total de las leyes contra la blasfemia.
Esto incluye el trabajo de la coalición End Blasphemy Laws, formada en 2015, y el trabajo de promoción sostenido de Humanists International, en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y otras instituciones globales, para llamar la atención sobre el tema. Desde 2015, las leyes anti-blasfemia “letra muerta” (es decir, leyes históricas que no se aplican activamente) han sido derogadas con éxito en países como Canadá, Dinamarca, Grecia, Islandia, la República de Irlanda, Malta, Nueva Zelanda, Noruega y Escocia.
La resolución recuerda también que es necesario trabajar más para proteger a los humanistas, defensores de los derechos humanos, disidentes y otras minorías de la persecución legitimada por las leyes contra la blasfemia, incluso mediante la aplicación extrajudicial de dichas leyes.
Hace un llamado a los gobiernos, las organizaciones humanistas y la sociedad civil a trabajar los siguientes puntos:
- La derogación mundial de las leyes contra la blasfemia, en aquellas jurisdicciones donde las leyes contra la blasfemia se hacen cumplir activamente, en aquellas en las que no se aplican con frecuencia o nunca pero permanecen en la ley, y en aquellas donde existe una moratoria contra su uso;
- El fin de la impunidad por los actos de violencia colectiva perpetrados contra quienes «blasfeman» cuestionando o criticando creencias y prácticas religiosas, símbolos, instituciones y autoridades;
- En lugar de leyes contra la blasfemia, de conformidad con el artículo 20 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Plan de Acción de Rabat de la ONU, la implementación de leyes efectivas contra los delitos de odio que prevengan la incitación al odio, incluso sobre la base de un la religión o las creencias de las personas, y políticas integrales que aborden las causas de la desigualdad y la discriminación en todas sus formas
- La creación de programas de alfabetización sobre la libertad de religión o de creencias y sobre los derechos humanos, a fin de evitar que el derecho a la libertad de religión o de creencias sea intencionalmente malinterpretado o instrumentalizado.