El último paso dado por los de Abascal: pedir prisión para un rival político por un presunto delito de odio y otro de amenazas en el contexto de una trifulca en la Asamblea de Ceuta.
De la tribuna parlamentaria a prisión. Así puede acabar el diputado ceutí Mohamed Ali, portavoz de la coalición progresista y de mayoría musulmana Caballas en la Asamblea de Ceuta. El motivo: un pleno, el del 29 de enero de 2020, en el que en el ardor de la confrontación política, Ali llamó a un miembro de Vox «cobarde fascista».
El pleno fue muy tenso. Dos personas del público que increparon a los diputados de ultraderecha también acabaron denunciadas, junto al líder de Caballas, por Vox. Se enfrentan los tres a la misma petición de pena de cárcel: dos años y medio de prisión por un presunto delito de odio, según la jueza instructora. Además, Vox pide más cárcel para Ali y estas dos personas –un año y tres meses más– por un presunto delito de amenazas, por lo que su petición de cárcel se acerca a los cuatro años.
«Es un despropósito enorme –dice Mohamed Ali a Público— Estamos ante un claro ejercicio de lawfare (guerra judicial) porque Vox está utilizando la Justicia de forma torticera para obtener rédito político trasladando a su electorado la imagen de Mohamed Ali en los juzgados. Algo así, en su imaginario político, como decir: «Mano dura contra los moros».
Aquella mañana, antes del pleno, la prensa local había desvelado la existencia de un chat entre los miembros del partido de Abascal en el que se vertían expresiones insultantes contra las personas musulmanas de Ceuta, que representan la mitad de la población. «Que haya españoles que digan que tenemos que tragar moros por cojones ya es indicativo de lo enferma que está Ceuta y España», se podía leer en los mensajes de ‘Whatsapp’, plagados de calificativos insultantes contra la religión musulmana, como la alusión a «la necesidad de comenzar una tercera guerra mundial contra el Islam«. El chat está judicializado.
Ese fue el contexto en el que se desarrolló el último pleno de enero de 2020 en la Asamblea de Ceuta y precisamente por el descubrimiento del chat racista, dos diputados de Vox se marcharon de sus filas y ahora están en el grupo de los no adscritos.
Transcripción de un pleno bochornoso
En el turno de palabra de Mohamed Ali para defender la propuesta de su coalición de solicitar al Gobierno central un acuerdo de buena vecindad con
Marruecos «dados los problemas que se venían sufriendo en la frontera de El
Tarajal en los últimos meses», desde la bancada de Vox se interrumpió varias veces, según consta en la grabación del pleno, aportada a la causa. Se puede ver al diputado de Vox Juan Sergio Redondo diciendo «Vergonzoso, vergonzoso». Ali, en un momento dado, alterado, le recriminó: «Vergonzoso tú. Sal a la calle y dile a la gente que quieres matarlos, que los quieres echar. Cobarde y fascista, a ti lo que hay que hacerte es otra cosa…».
Entonces, los diputados de Vox contraatacaron: «Cobarde tú, cobarde tú, el cobarde eres tú» . Se puede escuchar entre el jaleo en la bancada ultraderechista: «Eres un acomplejado, retrasado«; «Tú has mandado a tus perros de presa, sinvergüenza, cara dura»; «Arengando a las masas, fomentando el odio, lo único que sabes hacer, payaso, eres más tonto que Abundio».
En un momento dado, Ali se acercó a la bancada de Vox, dirigiéndose a Juan Sergio Redondo, siendo calmado por el diputado del PP Yamal Dris.
El lamentable espectáculo incrementó el nivel con la intervención del público que estaba presente en el pleno. Uno de los denunciados por Vox dijo: «Voy a coger una pistola y os voy a matar a todos vosotros»; «Que os maten a todos. Eres un hijo de puta»; «Te voy a coger en la calle y te voy a reventar con un bufido».
Al acabar el pleno, Mohamed Ali se disculpó: «Las formas no han sido apropiadas, pido disculpas al pleno en su totalidad, a los medios de comunicación y a la ciudadanía. No se tiene que insultar nunca«. Los portavoces de los distintos grupos políticos ceutíes, incluidos Vox y Caballas, firmaron una declaración para la convivencia. Este podía haber sido el final digno de un pleno bochornoso si no fuera porque los de Abascal acudieron al juzgado a denunciar a Ali y a las dos personas del público que les habían increpado.
La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 6 de Ceuta, María de la Luz Lozano, desestimó el presunto delito de amenazas por el que fueron denunciados Ali y las otras personas: «Por cuanto las expresiones vertidas
por los investigados, proferidas además en un contexto de confrontación política, fueron fruto del acaloramiento del momento, y no se desprende que realmente las expresiones encerraran unas amenazas serias y firmes de perpetrar un mal contra los miembros de Vox Ceuta, ni un propósito deliberado de llevar las mismas al terreno de los hechos».
Animadversión y delito de odio
Sin embargo, lejos de archivar la denuncia, propone juzgarles por un presunto delito de odio: «Concurren indicios de que las expresiones vertidas por los investigados se debían a una situación previa de animadversión por el mero hecho de representar los denunciantes a un partido político determinado, en este caso Vox (…) tenían por finalidad, dado además el carácter público del pleno, fomentar la hostilidad contra Vox Ceuta, un partido además con alto número de votos en esta Ciudad Autónoma, por lo que representan a una parte importante de la sociedad ceutí». Dice la magistrada que «una cosa es la legítima crítica política y otra muy diferente la animadversión».
Vox insiste en que las manifestaciones realizadas por Ali se encuadran dentro del presunto delito de amenazas, en concurso con el delito de odio, y en su recurso pide al juzgado que tenga en cuenta las amenazas que a su juicio implicaron las palabra de su oponente político: «A ti lo que hay que hacerte es otra cosa…», solicitando tres años y nueve meses de prisión para el dirigente de Caballas, coalición formada en 2011 entre Unión Demócrata Ceutí (UDCE) y el Partido Socialista del Pueblo de Ceuta (PSPC).
El partido de extrema derecha plantea que las dos personas que increparon a sus diputados eran simpatizantes o miembros de Caballas, cuyo nombre alude al apelativo que se da popularmente a los habitantes de Ceuta. Por lo que considera que hubo una coordinación entre Mohamed Ali y esos dos hombres para «amenazarles» en grupo en el pleno. Pero los denunciados lo han negado, incluso uno de ellos ha manifestado ser simpatizante del PSOE.
Por su parte, Mohamed Ali, en su recurso, considera que las descalificaciones e insultos fueron mutuos y «no hubo por mi parte ninguna expresión, más allá de los insultos, que incite al odio u hostilidad hacia Vox», por lo que pide que el caso sea sobreseído.
En una conversación con este medio, el líder de Caballas, que es abogado de profesión, expone que «se me denuncia por unas presuntas amenazas con una clara intención de amedrentar, para que el adversario político no rebata sus argumentos que caen en sato roto. Nos ha resultado surrealista la imputación por delito de odio, porque claramente los delitos de odio están pensados para proteger de los insultos y los ataques a las minorías que los sufren y aquí parece que se han invertido las cosas».