La familia del expresidente se ajusta a las ¨»condiciones excepcionales» que permiten casarse en fincas particulares, lo que se niega a otros contrayentes.
De nuevo un hijo de los Aznar-Botella se casará en San Lorenzo del Escorial, pero esta vez de una manera mucho más discreta que cuando Alejandro Agag desposó a Ana Aznar en el monasterio de ecos reales e imperiales. Tampoco estará esta vez Francisco Correa, hoy encarcelado. Pero sí el sacerdote oficiante en aquella ocasión, el arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, al menos de facto. Porque el cardenal ya hecho la vista gorda para que la familia tenga la boda deseada.
El primogénito del expresidente, José María Aznar ‘Junior’, profesor en la San Pablo CEU y columnista en La Razón, se casará este sábado con la diseñadora Mónica Abascal en una pequeña iglesia de la finca privada El Campillo, donde se celebrará el ágape posterior. El Arzobispado de Madrid prohíbe casarse en las iglesias o ermitas de fincas privadas de la Comunidad, pero esta vez se hará una excepción, según cuenta Vanitatis, gracias a un permiso especial que se ha negado a otros solicitantes.
“Condiciones excepcionales”
En esa misma finca El Campillo donde se celebran bodas de alto copete otras parejas han luchado durante meses por casarse en el interior del recinto sin conseguir que la Iglesia les concediera el permiso. Los Aznar han accedido a ese privilegio que sólo se concede por “condiciones excepcionales”, que desde el Arzobispado admiten que se consigue “por amistades personales del obispo o por razones de seguridad”.
Entre Ibiza y el estilo imperio
Quienes vayan asistir a la boda, o simplemente los allegados o simpatizantes, todavía están a tiempo de hacer regalos a la pareja, y es que la lista de bodas es bastante completa. Aunque algunos de los elementos parecen más ajustados a los gustos tradicionales ‘estilo Imperio’ de Botella que a los de una joven pareja en la que la novia es diseñadora. Se supone que la casa tendrá un ala tradicional con muebles clásicos retro y otra para fiestas ibicencas, ya que la lista incluye una “cama chill-out” por 3.600 euros o un Buda gigante por 4.122.