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La Iglesia católica de Estados Unidos mantiene desde 1985 un Arzobispado para Servicios Militares con sus capellanes, aunque no recibe fondos públicos

Con motivo del Día de los Veteranos, el Arzobispo de la Arquidiócesis para los Servicios Militares (AMS) de Estados Unidos, Mons. Timothy Broglio, agradeció a los donantes y a los fieles que rezan por los militares católicos y pidió apoyo para seguir sosteniendo la misión.

El día 11 de noviembre de cada año Estados Unidos conmemora el Día de los Veteranos para recordar a todos los estadounidenses que sirvieron al país a través de la milicia y que están vivos.

En una carta del 10 de noviembre, Mons. Timothy Broglio se dirigió a los capellanes, fieles y donantes de la AMS en el país y dijo que “los frutos de sus oraciones y actos de caridad enriquecen las vidas de los miembros del servicio de nuestra nación”.

La AMS de Estados Unidos, establecida por el Papa San Juan Pablo II en 1985, sirve a unos 1,8 millones de católicos que acuden a 220 instalaciones militares estadounidenses ubicadas en 29 países de todo el mundo, y a 153 centros médicos para veteranos en el país.

Mons. Broglio destacó la importancia de las donaciones y oraciones y dijo que estos actos de “amor” llegan y ayudan a todos los veteranos del país y del mundo.

Su amor llega a los militares que trabajan “en lugares remotos” y pueden ir a Misa, a los militares que sirven al interior de la nación y tienen el “consejo y guía de los capellanes, a los veteranos que reciben tratamiento en los Centros Médicos del Departamento de Asuntos de Veteranos y, en especial, a los que necesitan la Sagrada Comunión o la Unción de los Enfermos”, dijo.

En ese sentido, instó a los donantes a ser generosos con la arquidiócesis militar, que actualmente tiene un déficit presupuestario de 425 mil dólares y no recibe fondos del gobierno, ni del ejército para sus operaciones.

“A lo largo de lo que ha sido un año muy tumultuoso, con sus oraciones, amor y apoyo, los sacerdotes de AMS han podido ministrar a los miembros del servicio y sus familias”, dijo.

“Han celebrado misas al aire libre y por transmisión en vivo, han grabado discursos inspiradores para los que están en cuarentena, han ungido y consolado a los enfermos y han administrado los demás sacramentos”, añadió.

Además, el Prelado invitó a rezar por el alma de los militares fallecidos y acompañar este gesto con la caridad.

“Noviembre también nos llama a orar por las almas de los caídos y por el consuelo de los que lloran y de los heridos al servicio de nuestra nación. La oración nos lleva a la acción. Una forma sencilla pero poderosa en la que la acción puede acompañar cada una de nuestras oraciones es a través de la caridad”, señaló.

Los católicos constituyen casi el 20% de las fuerzas armadas de los Estados Unidos y el cuerpo de capellanes de las fuerzas armadas es un grupo mucho más pequeño.

Los reclutadores militares en el país y la Arquidiócesis para los Servicios Militares sumaron esfuerzos para asignar sacerdotes que sirvan como capellanes en servicio activo o de reserva en las ramas militares de los Estados Unidos. Estos sacerdotes son considerados oficiales militares comisionados y son clasificados como no combatientes.

Durante la pandemia del COVID-19, Mons. Broglio destacó la importancia de llevar los sacramentos a los miembros del servicio militar que son católicos.

A inicios de este año, Mons. Broglio se comunicó con la Oficina del Jefe de Capellanes de las Fuerzas Armadas para protestar por las restricciones impuestas a algunos miembros de la Marina de Guerra que asistían a “servicios religiosos interiores fuera de la base” durante la pandemia.

El Prelado calificó la orden de la Marina de Guerra como “particularmente odiosa contra los católicos” y explicó que cada vez es más frecuente que no exista un programa católico en las instalaciones navales debido a las restricciones presupuestarias, o que simplemente muchas capillas siguen cerradas.

“La participación en la Eucaristía dominical es sangre vital para los católicos. Es la fuente y cumbre de nuestra vida y nos permite recibir el Cuerpo y la Sangre del Señor”, subrayó.

La Marina de Guerra estadounidense revocó su decisión en julio y permitió a los miembros de la marina asistir a servicios religiosos en interiores fuera de la base, siempre que se tomen precauciones como usar mascarillas y respetar el distanciamiento social.

Mons. Broglio también se pronunció en contra de la decisión de la Marina de Guerra de no renovar los contratos con sacerdotes civiles para ahorrar dinero. La medida dejó tres bases de la Marina sin sacerdotes en septiembre, pero luego, la Marina revocó su decisión.

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