En su memoria del curso pasado, el director de la red de centros religiosos que segregan por sexos critica la Ley de Educación impulsada por el Gobierno y advierte sobre un «escenario político y legislativo incierto».
La segregación por sexos en las aulas vascas y riojanas se mantiene, en parte, gracias al dinero recibido en concepto de subvenciones. Según datos oficiales del Grupo Educativo COAS, que actúa bajo la órbita religiosa del Opus Dei y que cuenta con 11 centros educativos concertados en Euskadi y La Rioja, debe un 50% de sus ingresos a las subvenciones de la administración pública. En el curso pasado estos colegios contaron con más de 3.500 alumnas y alumnos, la gran mayoría en clases separadas.
«El itinerario académico-formativo de nuestros alumnos se concreta en una manera de ser, una forma de comportarse que le hace reconocible en cualquier circunstancia de su vida o en cualquier lugar donde se encuentre», puede leerse en uno de los apartados de la memoria 2019-2020 de COAS. Según pudo comprobar Público, entre sus materiales de catequesis –disponibles en la web del Departamento de Religión– se ofrecen documentos en los que se llega a calificar las relaciones entre personas del mismo sexo como «aberrantes», ya que son ejercidas de forma «antinatural».
«En el curso 2019/20 un total de 3.574 alumnos se matricularon en el primer ciclo de Infantil, segundo ciclo de Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato. El 60% fueron chicas (2.158) y el 40% restante, chicos (1.416)», señala la memoria de COAS. Los centros de Primaria, ESO y Bachillerato disgregan al alumnado en función de su sexo.