«Ahora más que nunca queda al descubierto el encubrimiento del sacerdote y la protección que le brindó al pederasta durante tantos años»
«Pediremos responsabilidades al obispado. No quepa duda. Para que no repitan la tan mala gestión en un asunto tan grave»
Como ya relató Religión Digital en otra entrevista, David (nombre ficticio) fue abusado sexualmente, cuando era monaguillo, por el entonces sacristán de Cieza. «Algunos de los testigos del sacristán y el cura me llaman para pedirme perdón. Yo los perdono y confío en que su petición de perdón es de corazón. No les juzgo», dice después de ganar el juicio. Que ha desenmascarado también al sacerdote que encubrió los abusos del sacristán y dejado en evidencia al propio obispo de la diócesis, monseñor Lorca Planes, al que las víctimas van a pedir responsabilidades.
¿De acuerdo con la sentencia?
Sí, él mismo reconoció cada una de las atrocidades que cometió con nosotros. No nos pidió perdón pero ya todo el mundo conoce la verdad. Reconociendo sus violaciones, abusos sexuales y maltratos dejó a todos los falsos testigos a los pies de los caballos. Los ridiculizó y los descubrió como auténticos mentirosos.
Lo hemos pasado muy mal, hemos sufrido amenazas de muerte, insultos, discriminación… Por amigos del sacristán y del párroco. Algunas de estas personas ya están también condenadas en firme. Ahora ya saben todos que no mentimos, que solo somos víctimas de un pederasta que confesó y de un sacerdote encubridor.
¿Le parece justa?
Yo no lo dejaría salir de la cárcel, pues la pederastia es una enfermedad incurable. Sólo sirve la castración química. Cuando salga tiene muchas posibilidades de volver a las andadas. Por lo menos ya la sociedad está prevenida y conoce su nombre y rostro. Lamentablemente su inesperada confesión le bajó años de cárcel.
¿Por qué buscaron un acuerdo con el abusador?
Nosotros no buscamos ningún acuerdo. El fiscal nos informó de su confesión antes de empezar el juicio y viendo que uno de nuestros compañeros abusado tenía ataques de ansiedad, decidimos aceptar lo que el fiscal nos propuso para no hacer pasar tan mal trago a nuestro compañero.
El juicio duraría días… Nuestro compañero no estaba preparado psicológicamente para verle la cara al Sacristán y al cura… Además, el ambiente estaba muy crispado, los testigos falsos y familiares no paraban de increparnos en los pasillos del propio juzgado.
¿Influyó el importe económico en el acuerdo?
El importe económico no influyó en nada. Lo único que baja por su confesión son los años en la cárcel. Yo por mí habría seguido adelante, hasta el final. Pero cada uno de los denunciantes tenemos un itinerario de sanación de heridas diferente.
Dos de nosotros estábamos muy fuertes pero uno de nuestros compañeros estaba viviendo un auténtico infierno. Ahora el reconocimiento del pederasta le servirá también para sanar heridas muy abiertas.
¿Después de la sentencia, se siente con fuerzas para superar el trauma y dejarlo atrás?
Claro que sí, ahora toca vivir en paz, ser feliz. Tengo mucha paz y hemos sido muy valientes haciendo justicia y dando luz a la verdad. Yo desde hace tiempo estoy reconstruyendo, y estoy muy motivado, y esperanzado.
¿Cómo está reaccionando la gente de Cieza después de la sentencia?
Algunos de los testigos del sacristán y el cura me llaman para pedirme perdón. Yo los perdono y confío en que su petición de perdón es de corazón. No les juzgo.
Por la calle algunos me felicitan, los que dejaron de saludarme ahora me saludan… Las familias del sacristán y el cura siguen intentando hacer daño. Pero ya nada nos afecta, la verdad es la verdad.
¿Alguna reacción por parte de la Iglesia y de su jerarquía?
Yo hace mucho que no vivo en Cieza, vivo la fe en otra ciudad. Pero por parte de la iglesia de Cieza y el obispo de nuestra diócesis no hemos recibido noticia alguna. Es una pena el pastor que dirige la diócesis de Cartagena gestionara tan mal este asunto tan grave.
¿Se puso en contacto con usted al menos Gil José Sáez, el encargado de la delegación de la diócesis de Murcia para la protección de las víctimas de abusos?
Para nada, nunca. Pero ahora se pondrá en contacto nuestra abogada, pues tenemos una sentencia firme en la mano. El sacristán fue empleado por el obispado e indenizado por despido inprocedente… Ahora el obispado puede reclamar la indemnización por despido improcedente. Pues es procedente con los delitos asumidos.
Con la aceptación de los delitos el sacristán deja en muy mal lugar al sacerdote. Ahora más que nunca queda al descubierto el encubrimiento del sacerdote y la protección que le brindó al pederasta durante tantos años.
Pediremos responsabilidades al obispado. No quepa duda. Para que no repitan la tan mala gestión en un asunto tan grave. La actitud del obispo y algunos sacerdotes nos dañó inmensamente.
Nos costa que en la diócesis de Cartagena se está tratando actualmente otros asuntos de pederastia. Sacerdotes abusadores, por ahora protegidos… Yo le digo al Obispo, D. José Manuel Lorca, que solo la verdad nos hace libres y nos sana.