La evolución del tiempo y de la sociedad ha afectado a todos los ámbitos de la vida, incluido al religioso. El catolicismo, pese a seguir siendo la religión mayoritaria, se mezcla ahora con otro tipo de creencias que han reclamado su espacio y que necesitan también ser reconocidas en épocas tan duras como los momentos de duelo. Según datos del Observatorio del Pluralismo Religioso en España, en la Región existen, además de espacios católicos, 304 lugares de culto de otras religiones como la evangélica, la musulmana, la budista o la anglicana.
Para dar cabida tanto a creyentes de distintas religiones como a aquellos que son ateos, las funerarias han adaptado sus servicios a esta nueva realidad social, creando en sus instalaciones salas ecuménicas, es decir, espacios en los que los familiares del fallecido pueden honrarle bajo distintas creencias. Estos lugares se adaptan y se decoran con todas las prestaciones y adornos necesarios al tipo de religión y cultura que es demandado por los allegados, permitiendo así que el tránsito hacia el otro mundo se realice bajo los mismos preceptos e ideas que el fallecido tenía y seguía en vida.
Por otro lado, los velatorios no son los únicos espacios en los que se tiene en cuenta la religión, sino que esto compete también a los cementerios. En este sentido, la mayor presencia de creyentes de la religión musulmana incentivó la puesta en marcha de un campo santo de este credo en Murcia, que fue habilitado en 1998, y convirtió a la ciudad en la segunda de España en tener un espacio de este tipo para la comunidad musulmana.