Los más pobres son los que más creen, y los que tienen el menor porcentaje de ateos, según el último barómetro
Aunque baja el número de católicos, aumenta levemente el de los católicos practicantes
Un 36% de la población afirma ser atea, agnóstica o no creyente
España cada vez es menos católica… aunque un poco más practicante, si nos atenemos a los datos del CIS de septiembre que, por primera vez, sitúan el porcentaje de católicos españoles por debajo del 60 por ciento (un 59,2, frente al 61,2 de la estimación anterior). Paradójicamente, aumenta -siquiera levemente- el número de los que se consideran practicantes, pese al impacto de la pandemia, que pasa de un 19,5% en el barómetro de junio, al 20,4.
Es el peor dato en cuanto a identificación religiosa de la Iglesia católica del que se tienen registros. Aunque en esta ocasión la pregunta del CIS se limita a la filiación religiosa, si nos permite concluir otra serie de datos, cuando menos curiosos. Por ejemplo, que la población más católica (practicantes) está en las clases bajas y proletario, y no en las clases altas. Así, el 21,8% de la clase baja frente al 16,8 de la clase media alta, pero también entre los no practicantes. Las clases bajas son el 41,1, y las clases trabajadoras el 40,7, frente al 39,5 de las clases altas.
En lo tocante a otras religiones, apenas se da un 2,7 por ciento. Los que se han convertido en los grandes ‘rivales’ de los católicos en España son los colectivos de agnósticos, no creyentes y ateos, que en conjunto suman el 36%. Curiosamente, en las clases altas hay más ateos (17,4) que católicos practicantes (16,8). El menor número de ateos (10,4) entre las clases bajas. Y es que, también en España, el Evangelio de Jesús tiene más éxito entre los más pobres. Como debería hacer la Iglesia.