«El mayor escándalo inmobiliario de la historia, la ley que lo permitió ya fue derogada; nos toca impugnar bien por bien» estas fueron las palabras del jurista y profesor de Derecho Civil de la Universidad de Córdoba, Antonio Manuel Rodríguez Ramos, respecto a las inmatriculaciones de la Iglesia católica. Un negocio muy bien montado con cerca de cuarenta mil bienes inmobiliarios, muchos de los cuales de difícil identificación. ¿Quién duda de la maestría mercantilista de la Iglesia católica? La Inquisición (Santo Oficio), al servicio del poder, inmediatamente confiscaba los bienes, «Incluso después de 1561 las personas acusadas tenían poca seguridad sobre la suerte de sus propiedades frente a funcionarios deshonestos, o contra las detenciones arbitrarias y los larguísimos procesos», escribe el afamado hispanista británico Henry Kamen en su obra La Inquisición española.
«La Iglesia viene inmatriculando desde mil novecientos cuarenta y seis» apunta Jorge García de la Coordinadora Recuperando, y es mediante la reforma de la Ley Hipotecaria que «Aznar permite inmatricular los templos de culto», entre mil novecientos noventa y ocho y dos mil quince, con la simple firma del obispo en equivalencia a la notarial, (¿Notarios y notarias no tienen nada que decir respecto a tal suplantación?). Un contubernio que permite que más de tres mil Bienes de Interés Cultural pasen a ser de propiedad privada: la catedral de Valencia, Mezquita de Córdoba, Seo de Zaragoza, templo mayor de San Sebastián, Granada, Málaga, Giralda de Sevilla, Valladolid, santuario de Covadonga, Caravaca de la Cruz, Loyola, El Rocío, Guadalupe, ermita de la Virgen de la Peña en Fuerteventura, catedral de Jaca, catedral de Santa Ana y Palacio Episcopal de Gran Canaria, basílica de la Virgen del Pino, Santa María del Naranco, San Miguel de Lillo; un incalculable atraco al patrimonio del pueblo español y otros bienes como cementerios, garajes, solares, pisos, bajos comerciales, terrenos deportivos.
¿Por qué sigue siendo una prueba hercúlea asumir abiertamente y desenmarañar tamaño desafuero?
«Los guardianes del tesoro papal» es como se denomina a la Casa Rothschild en la Enciclopedia Judía citada por Leonor de Cisneros en su artículo para www.senalesdelfin.com del quince de febrero de dos mil dieciséis titulado: «El Papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio, jesuita, técnico químico) operó para Monsanto (multinacional estadounidense de agroquímicos) y Rothschild». Según el mismo texto y en base a datos de la segunda bolsa de valores electrónica de EE.UU. y primera de Nueva York, NASDAQ, actualmente el Banco Vaticano (IOR) es de los Rothschild, con accionariado relevante en laboratorios farmacéuticos, corporación armamentística, medios de comunicación, yacimientos de oro y diamantes y empresas biotecnológicas. En el Vatican News de nueve de mayo de dos mil veinte se lee: «El Papa: El diablo quiere destruir la Iglesia por envidia con el poder y el dinero». Reseñar a título ilustrativo que Juan Antonio Guerrero Alves, también jesuita y emeritense (Extremadura), es el nuevo prefecto de la Secretaría de Economía del Vaticano (tercer puesto en el escalafón de la Iglesia católica), mientras su antecesor en la tesorería, el cardenal australiano George Pell AC, acaba de salir libre una vez revertida su condena por pederastia.
¿Quién no hace piña con el dinero y poder? ¡Ya llegará el jesuítico dos mil veintiuno!
Jean-Baptiste Douville de Franssu preside actualmente el Instituto de Obras Religiosas (IOR); el que fuera vicepresidente del Fondo Europeo, ahora gestiona los ahorros de las congregaciones religiosas, las donaciones, en su mayor cuantía procedente de Estados Unidos, y el dinero de cualquier cliente del Banco Vaticano, «Nuestros ingresos se destinan al trabajo pastoral del Papa»¿? declara y publica es.zenit.org (12/10/2019).
«Nos han sacado los colores los tribunales europeos».
Sin títulos de propiedad, herencia, donación u otros requisitos se materializó en España un festín inmobiliario que tardará en enmendarse a pesar de reivindicaciones por parte de colectivos locales o nacionales tales como la citada Coordinadora Recuperando, Europa Laica o AVAL (Asociación Valenciana de Ateos) cuyo portavoz, presente en la conferencia realizada en el Colegio Mayor Rector Peset de Valencia, comentaba: «Está muy mediatizado por los partidos políticos».
En Roma se estiman tres mil inmuebles de la Iglesia que pagan impuestos: oficinas, apartamentos, tiendas, ¿Por qué en España no pagan el I.B.I. (Impuestos Bienes Inmuebles)?
«La Iglesia católica no tiene títulos de propiedad que justifiquen el carácter privativo de esos bienes» informa el catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Complutense de Madrid Julio González refiriéndose a Bienes Patrimoniales como los del prerrománico asturiano añadiendo: «Que este tipo de bienes puedan ser considerados privativos de la Iglesia me parece un insulto a la inteligencia; hablar de usucapión es una falacia». Por su parte Fernando Martínez profesor de Historia del Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid aclara que «En modo alguno, la cesión al culto convierte al concesionario en propietario»; (laicismo.org, artículo de Aristóteles Moreno 12/04/2020).
¿Qué pasaría si semejante fraude fuese cometido por alguien sin omnipotente respaldo? ¿Serían ocupas? ¿delincuentes?
«Obtuvo el perdón presidencial, ¿cómo?» pregunta la jueza investigadora en el caso de un culpable por crímenes contra la Humanidad; respondiéndole su ayudante el coronel: «A través de la Iglesia»; (La sentencia, película dirigida por el canadiense Norman Jewinson y guión del británico Sir Ronald Harwood).
Con el inicio de la campaña de la Renta, Juan José Picó portavoz de Europa Laica apuntaba radiofónicamente «Hemos escrito a Hacienda, ¿por qué no indican que no es necesario marcar casilla? Hay gente que está haciendo solidaridad con el dinero de otros (otras)». ¿Por qué los fines sociales han de depender de las aportaciones de la gente en su declaración de la renta? «El Gobierno debería suprimir esa casilla y la de la Iglesia, estamos a años luz de que esto esté normalizado».
Se barajan cifras de doscientos cincuenta millones de euros recibidos de forma directa por la Iglesia Católica y ciento quince millones de euros a través de la casilla de fines sociales de los que el «treinta a treinta y cinco por ciento han ido a parar a organizaciones del entorno católico» por vía indirecta, sin olvidar un total de once mil seiscientos millones euros entre exenciones fiscales, subvenciones, donativos, colectas, rendimientos del patrimonio inmobiliario como alquileres, venta de entradas, bodas, bautizos y un variado listado de actividades económicas. Dicha recaudación en el IRPF paga, entre otros apartados, los sueldos de cerca de veinte mil sacerdotes (autónomos), el de los obispos, las cuotas a la Seguridad Social y la televisión del sector (TRECE TV); los millones restantes pasan a engrosar el llamado Fondo de Estabilización del Sistema ¿? tal como recoge el periodista Jesús Bastante en su artículo «Así gasta la Iglesia el dinero público recaudado por el IRPF libre de control fiscal». Recalcar que las monjas no reciben sueldo ni cotizan por lo que si dejan su trabajo religioso, al jubilarse, sólo pueden acceder a la mínima pensión.
Albino Luciani (Juan Pablo I), el último Papa italiano, muerto tras los vaticinados treinta y tres días de su papado, en la Carta a Jesús: Escribo temblando, declara: «El día en que enseñaste: Bienaventurados los pobres, bienaventurados los perseguidos, yo no estaba allí. Si hubiera estado junto a ti, te hubiera susurrado al oído: «Por favor, cambia, Señor, tu discurso, si quieres que alguien te siga. ¿No ves que todos aspiran a las riquezas y a las comodidades?».
Ángeles Sanmiguel