Parece increíble, pero ha ocurrido. El logo del Gobierno de España, un gobierno «progresista», aparece en unos videos publicitarios en los que se pide marcar las dos cruces, para la Iglesia Católica y para Actividades de Interés Social, en la declaración del IRPF. La campaña publicitaria se llama Xsolidaria y está coordinada por la Plataforma de ONG de Acción Social. Los spots recuerdan a las costosas campañas de publicidad engañosa que desde hace años viene haciendo la Iglesia Católica con el mismo fin.
Podría pensarse que el Gobierno de España presta su logo porque comparte el concepto de ciudadanía y de Estado contenido en los mensajes con que Xsolidaria invita a marcar las casillas. Veamos algunos de ellos «No te escondas»; «Por cada excusa tienes un millón de razones»; «No marcarla es tomar una actitud muy pasiva, y dejar que sea el Estado quien decida el destino de esa parte de tus impuestos «; «Marcándola te conviertes en una persona contribuyente, activa y solidaria»; «Marcando las dos podrás ayudar el doble»; «Ayudas el doble sin que te cueste nada».
El Gobierno de España debería estar preocupado por apoyar una campaña que sostiene que quienes pagan sus impuestos y esperan que con ellos el Gobierno, a través de los Presupuestos Generales del Estado, atenderá todos los servicios públicos (sanidad, educación, pensiones, infraestructuras, asistencia social€), no son solidarios, ni activos y, ni siquiera, contribuyentes. Más aún, se niega al Estado la facultad de decidir a qué haya de destinarse cada euro recaudado.
Es difícil que al Gobierno de España se le haya pasado que la Xsolidaria, y el mismo sistema de casillas en la declaración, defienden que todos los contribuyentes no son iguales. A algunos se les permite que detraigan una parte de los recursos que son de todos, para dirigirlos a entidades que son particulares, privadas. No marcar las casillas no es nunca una excusa sino la más poderosa de las razones cuando hablamos de recursos públicos: el dinero de todos ha de ir a sufragar los servicios que son comunes a todos. Pretender derivar lo común a creencias o proyectos particulares es reivindicar privilegios antidemocráticos.
En 2018 las dos casillas recaudaron 615 millones de euros. 400 de ellos han ido a parar a la Iglesia Católica o a organizaciones suyas. Se «ayuda el doble» a romper el principio de igualdad. «Sin que te cueste nada», porque mientras tú financias una opción particular, quienes no marcan las casillas financian los servicios públicos, también los tuyos.
Es muy probable que el Gobierno de España sepa que el Estado ha de hacerse cargo de todos los servicios públicos, muy necesitados por cierto, y que no se pueden desviar impuestos y recursos públicos a entidades particulares. También que yo tengo derecho a adherirme a la religión que yo quiera y a desarrollar actividades caritativas si así lo decido, pero lo haré siempre con mi dinero, no con el de todos. Hay que acabar con el negocio de la caridad.
Rafael Cuesta
Miembro de Valencia-Europa Laica.