Iglesia de San Julián de los Prados, en Oviedo. WIKIPEDIA
El Colegio de Registradores revela ahora que entregó al Gobierno asturiano una relación «actualizada y completa» de bienes eclesiásticos, que rectifica otro polémico inventario presentando en 2018 con tan solo 26 inmuebles y que fue calificado de» burla» por los colectivos patrimonialistas. Lo sorprendente es que la consejera de Cultura compareció hace apenas un mes en el Parlamento regional con la lista antigua, que no incluía ninguno de los monumentos del arte prerrománico.
El listado de las inmatriculaciones de la Iglesia católica en Asturias, que incluye la práctica totalidad del tesoro arquitectónico prerrománico, va camino de convertirse en un embrollo monumental. El decano del Colegio de Registradores, Enrique Español, acaba de revelar a Público que entregó en febrero de 2019 al Gobierno regional un catálogo completo de bienes eclesiásticos inmatriculados. El anuncio añade un elemento más de confusión a la ya desconcertante gestión de las inscripciones de la Iglesia y compromete no solo la actuación del Ejecutivo asturiano sino también la de la propia institución registral.
La consejera de Cultura, Berta Piñán, afirmó hace apenas un mes en el Parlamento asturiano que «no había evidencias» de la inmatriculación de los bienes del prerrománico y enarboló en la tribuna un listado con solo 26 fincas de un exiguo documento elaborado por el Colegio de Registradores en agosto de 2018.
En esa relación, en efecto, no aparecía ninguno de los Monumentos Nacionales pertenecientes al prerrománico. Días después, sin embargo, Público reveló en sus páginas las notas registrales de, al menos, tres joyas arquitectónicas reconocidas, además, como Patrimonio Mundial por la Unesco: Santa Cristina de Lena, San Miguel de Lillo y San Julián de los Prados.
En el momento de la comparecencia de la consejera de Cultura, y conforme a las declaraciones del decano del Colegio de Registradores, el listado «actualizado y completo» de las inmatriculaciones eclesiásticas de Asturias dormía en alguno de los cajones de la Consejería de Justicia. Por razones no aclaradas, Berta Piñán no hizo mención a ese inventario en su respuesta al requerimiento de Podemos. Por el contrario, y de forma sorprendente, anunció en sede parlamentaria que iba a pedir al Colegio de Registradores las inmatriculaciones de todos los monumentos del arte prerrománico, cuando, presuntamente, ya habían sido entregadas y obran en poder de su colega del Consejo de Gobierno.
El propio decano aseguró haberse sentido contrariado cuando leyó en la prensa que la consejera se remitía nuevamente en la Cámara regional al listado de 2018 y no al confeccionado un año después. «Cuando vi la noticia, yo también dije: ¿pero qué me están diciendo? Si yo soy registrador de Siero, he mandado los siete [bienes inmatriculados] de aquí y no aparecen en el listado». «No la hacen pública por alguna razón», argumentó. «La estarán depurando o algo. Pero la lista la tiene tanto el Principado de Asturias como el Gobierno central», señaló Enrique Español, en un nuevo e inesperado giro de la controvertida cuestión de las inmatriculaciones.
Fuentes de la Consejería de Cultura justificaron que Berta Piñán acudió al Parlamento a principios de marzo con la información de que disponía en ese momento. Una vez que recopile todas las notas registrales, añadieron, «procederá a estudiar jurídicamente la cuestión».