Cuando arranca el periodo oficial anual de Declaración de la Renta-IRPF, Europa Laica sale a la calle, a los medios, con su campaña cívica y democrática explicando por qué pedimos que no se marque ninguna de las dos casillas de la Asignación Tributaria del IRPF, ni a la casilla de la Iglesia Católica (IC) ni a la de Fines de Interés Social (FS).
La situación actual de crisis por el COVID-19 requiere dedicar todos los recursos disponibles a la Sanidad Pública, para todas las necesidades que precisa cubrir. Son las políticas neoliberales de recortes y privatizaciones por donde entraron múltiples operadores privados, empresas, fondos buitres, así como el mercado de la caridad asistencial religiosa -del que habría mucho que hablar-, capturando la gestión de centros y servicios públicos o rentabilizando los suyos propios, en la lógica del beneficio privado de sacar tajada de un mercado que mueve miles de millones de euros. Europa Laica se opone a que se desvíen impuestos y recursos públicos a organizaciones particulares.
No tiene tampoco ningún sentido alguna campaña que circula por las redes sociales, quizás bienintencionada, solicitando que se dedique a Sanidad lo que se obtenga marcando a la Iglesia. Debe quedar claro que con la actual legislación tributaria, y con lo regulado en los Acuerdos con la Santa Sede, eso es del todo punto imposible. Lo que se marque por la casilla a IC irá todo ello a subvencionar a IC. Así de claro. Si se quiere que nuestro impuesto IRPF vaya a Sanidad, y a otros servicios comunes, no hay otra alternativa más real y solidaria: NO MARCAR NINGUNA CASILLA, única forma por la que todos los impuestos queden íntegros para lo común
Justificar esta opinión, para que no quede duda alguna, requiere que se entienda cómo funcionan estas casillas ya que la experiencia nos indica que no siempre se conoce de una forma correcta, existiendo bulos además de mucho de rutina. Tampoco la Agencia Tributaria pone demasiado empeño en informar claramente. Con todo,ya son más del 34% de contribuyentes los que no marcan ninguna de las dos casillas, y más del 68% que no lo hacen a la casilla de IC.
¿Cómo funciona lo de las casillas del IRPF?
Supongamos que a un contribuyente le sale a pagar 100 euros y decide no marcar ninguna casilla, y a otro le resulta la misma cantidad, pero marca alguna de las casillas, sea la de IC, la de FS o las dos -que también es posible hacerlo-. No cabe duda alguna que ambos ingresarán los 100 euros de impuestos en la hucha común de los Presupuestos Generales del Estado-PGE ya que, por marcar o no marcar «ni pagas de más ni te devuelven de menos» como correctamente dice la Conferencia Episcopal Española-CEE, aunque sea esta la única verdad en la publicidad que hace, cargada de falacias y medias verdades, como después comentaremos.
¿Cuál es entonces la diferencia entre marcar y no marcar? Pues que los 100 euros que ingresa quien no ha marcado quedan íntegros en los PGE mientras que los de quien ha marcado no quedan tal cual sino que una parte se detrae de los PGE (el 0,7% si solo hubiera marcado una casilla, o el 1,4%, el doble, si las dos), y se desvía directamente a las arcas de entidades particulares como son la Iglesia católica y/o a ONGs de una u otra naturaleza, que «hacen caja»sin más esfuerzo, con privilegio, por el simple hecho de serlo, quedando menos impuestos en la hucha común de los PGE.
Por tanto, quienes marcan alguna de las dos casillas no hacen sino reducir su aportación al erario público, al Estado, para que se puedan cubrir los gastos generales, comunes a todos, en educación, sanidad, dependencia, infraestructuras, etc. Se incumple con ello la obligación de todas las personas de contribuir a los gastos comunes en condiciones de igualdad (Art. 31 CE).
No tiene sentido, que con el dinero de todos se subvencione a la Iglesia Católica, aunque no se sea creyente, o se haga solidaridad particular, sin aportar nada extra del propio bolsillo.
Miente la publicidad episcopal cuando afirma que «lo que recibe la Iglesia Católica por el IRPF no sale de los PGE«. ¿De dónde sale si no? ¿O es que los dineros del fisco provienen de algún maná divino que no sea de los impuestos? Y también es otra falacia engañosa cuando anima a que «marcar esta casilla [a IC] es una decisión con mis impuestos«. Porque los impuestos no son propiedad ni una opción voluntaria sino que es una obligación de todos y para con todos.
Tampoco es cierto ese bulo que a veces circula a nivel de calle de que «si no se marca nada, se le da igualmente a IC», dicen unos, «o se da a FS», según otra versión, o de que «si no marcas, se pierde lo del 0,7%» (!!??). Ninguno de estos bulos es cierto. Si no se marca ninguna casilla todo el impuesto del IRPF queda íntegro en los PGE, que es donde debe estar. Parece lo lógico, no?
Además de estas consideraciones generales, existen razones particulares para cada casilla.
¿Por qué no marcar la casilla de la Iglesia Católica?
Porque es un engaño mayúsculo cuando la IC tan pomposamente afirma que «marcando esta casilla ayudas a la labor asistencial que hace la Iglesia». Porque los casi 285 millones anuales [datos 2018 ] que la Iglesia viene recaudando por esta casilla no los dedica ni a tal labor asistencial ni a fines benéficos sino que, según la propia CEE, en más del 75% lo usa para pagar los sueldos y seguridad social de sacerdotes y obispos, un 23% para gastos generales que incluyen las campañas eclesiales de proselitismo, publicidad y financiación de sus medios de comunicación, incluida su televisión TRECE, o en montar campañas antiaborto, homófobas y contra derechos civiles, etc. Y tan solo unos 6 millones son los que dedica a Cáritas, organización que nutre su enorme presupuesto por otras vías, donaciones privadas y también con subvenciones de otras administraciones públicas, pero no a través del IRPF. LA CARIDAD ASISTENCIAL DE LA IGLESIA NO TIENE NADA QUE VER CON EL IRPF. Una tremenda falsedad interesada en su publicidad.
Resulta de vergüenza democrática que más de 40 años de la firma de los Acuerdos con la Santa Sede de 1979, donde se acordaba de forma temporal esta Asignación Tributaria a IC a través del IRPF, hasta que IC asumiera su propia autofinanciación, se siga tal cual sin que la IC haya movido ficha y sin que los Gobiernos de turno (PP y PSOE) hayan exigido a IC cumplir tal compromiso. Mayor anomalía, si cabe, cuando se está financiando a una institución que es inmensamente rica, con múltiples propiedades, empresas, fundaciones, inversiones de todo tipo, etc. Y con ese afán de seguir acumulando riqueza con el escándalo de los más de 100.000 bienes que ha inmatriculado.
Para Europa Laica no tiene sentido seguir por más tiempo con esta situación. La Iglesia Católica debe autofinanciarse como mejor entienda, y pagar impuestos, pero no a costa de detraer recursos de la hucha común. Porque se miente de nuevo cuando afirma que «el sostenimiento de la Iglesia depende en exclusiva de las aportaciones de sus fieles». Porque no son sus fieles sino somos todos, católicos o no, los que financiamos a IC a través de los PGE. Porque si eso no fuera así, sería muy fácil convertir mentira en verdad con tal que las personas que se declaran católicas se hicieran cargo de su propio bolsillo de esos 285 millones.
Los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas-CIS indican que un 67% de la población se declara católica, es decir unos 25 millones de personas, por lo que resultaría una cuota de 12 euros al año por cada una para mantener a su Iglesia, una cantidad irrisoria. Y todo quedaría más democrático y mejor resuelto.
¿Y tampoco marcar la casilla de fines de interés social?
Pues no, tampoco marcar la casilla de FS. En nuestra opinión, por varias razones.
Porque esta casilla se incorporó a la par que la casilla a IC como coartada y justificación. Para evitar la burda situación de que en la Declaración del IRPF figurara únicamente la de la Iglesia, en un Estado que se proclama aconfesional (Art. 16.3 CE).
Además, es que marcar esta casilla FS genera algo así como un«espejismo solidario»en el sentido de que, animado por el noble sentimiento de solidaridad que todos tenemos, no se tiene control alguno sobre el destino final concreto del 0,7%, pudiendo ocurrir que subvencione a ONGs que no tengan un interés general o con dudoso funcionamiento democrático o simplemente exóticas o contrarias a la voluntad del contribuyente. Debe tenerse en cuenta que sobre los 330 millones anuales [datos 2018] que se vienen recaudando por esta casilla, un 35% va a parar a ONGs que están relacionadas de una u otra forma con entidades del entorno de la Iglesia Católica. De ahí el interés que la IC muestra a que se marquen las dos casillas, ya que por ambas obtiene beneficio: 285 millones de forma directa con la casilla de IC y 115 de manera indirecta a través de esta casilla FS y sus ONGs. El resultado es que la IC y sus instituciones obtienen en conjunto más de 400 millones anuales a través del IRPF, cantidad que se detrae de los PGE.
Esta petición que hace la IC de marcar doble, se ve correspondida con la que a su vez hacen las ONGs de que se marque no solo «la casilla solidaria«, de la que son directas beneficiadas, sino también la de IC, lo que en principio resultaría en algo extraño si no fuera porque las ONGs de la IC son parte importante de tal sector. De ahí la publicidad eclesiástica de que «marcando las dos podrás ayudar el doble« ¿A quién el doble? Es claro que no es a los Fines Sociales sino a la IC. Nuevamente, una interesada y falaz simbiosis entre casillas.
Tampoco parece razonable que la cantidad que se recauda para Fines de Interés Social dependa de la arbitrariedad de cuántos contribuyentes marquen o no la casilla FS, ni del nivel de renta de los que la marquen. Por contra, Europa Laica opina que estos fines deben estar cubiertos formando parte de la política de Gobierno, fijando partidas específicas en los PGE, con control del Parlamento, pero no a través del sucedáneo de esta casilla del IRPF.
Dejar que los Fines de Interés Social dependan del IRPF supone, por otra parte, delegar en los contribuyentes y en entidades privadas la función que es competencia del Estado de garantizar la solidaridad y los servicios sociales. La existencia de esta casilla es una forma soterrada de cómo las políticas liberales se meten por todas las rendijas, con la privatización y externalización de la atención de este sector, dando lugar al mercado de la caridad y la asistencia social, como negocio particular pero soportado con dinero público.
Entonces, ¿qué hacemos, un año más, con las casillas?
Europa Laica llama a la ciudadanía a no marcar ninguna de las dos casillas. Los argumentos, para que no quepa duda, han quedado expuestos. Porque no tiene sentido que sean más de 615 millones de euros los que anualmente se detraen en total de las arcas públicas por estas dos casillas (285 de IC + 330 de FS).
Para colmo de este expolio de lo común, la ley de los PGE para 2018, actualmente prorrogados, establece que las empresas, en la declaración anual del Impuesto de Sociedades, puedan destinar el 0,7% de sus impuestos a Fines de Interés Social (aunque solo para ONGs de ámbito estatal). Nuevamente, la empresa que lo decida no aportará un extra de más de sus propios beneficios empresariales, sino detrayéndolo de la hucha común de los impuestos que les corresponda pagar. Otra vuelta de tuerca más a los PGE, además de utilizarse como imagen social de empresa comprometida con la solidaridad … pero con el dinero de todos. Otro despropósito.
Los impuestos deben dedicarse a su función propia de atender a lo común. Por tanto, quien desee hacer una donación a la Iglesia o a una determinada ONG que lo haga pagando de su propio bolsillo, adicional a los impuestos que le corresponda pagar(esos 100 euros que comentábamos), como se hace normalmente cuando se pertenece a cualquier asociación, pero no detrayendo de lo de todos. Sería lo razonable ¿no?
Conclusión
A lo largo de estos años se ha mantenido este sistema de Asignación Tributaria en la Declaración del IRPF, lo que ha supuesto cantidades ingentes de millones que se han derivado a organizaciones particulares. En el caso de la Iglesia Católica, el gráfico siguiente muestra los millones recibidos por este concepto. El enorme salto a favor de IC que se produjo en 2007 se debió a que el Gobierno del PSOE aumento esta casilla del 0,52% inicial al actual 0,7%. Menudo negocio con lo común!!!
La ciudadanía debe conocer que lo del IRPF es solo una pequeña parte de los más de 11.600 millones anuales que Europa Laica tiene evaluados que el Estado aporta a la IC por una u otras vías, incluidas las exenciones fiscales, sin que este escarnio democrático de dineros públicos tenga establecida una transparencia y fiscalización. La IC opera como si fuera un paraíso fiscal.
Europa Laica reivindica la separación entre Estado e iglesias,entre lo que es el ámbito común de lo civil y el ámbito privado de las creencias particulares. Para ello es condición inexcusable la DENUNCIA Y DEROGACIÓN DE LOS ACUERDOS CON LA SANTA SEDE DE 1979 que son la base en la que se sustenta la cantidad de privilegios de la IC, sea con esta financiación a través del IRPF; sean las exenciones fiscales de todo tipo que disfruta, con el IBI y otros impuestos; sea en el tema de la enseñanza y la religión en la escuela, etc. Al igual que los acuerdos con las confesiones minoritarias.
Por todo ello exigimos que DESAPAREZCAN LAS CASILLAS DEL IRPF, para que todos los impuestos queden en la hucha común para gastos generales, con distribución y control democrático por el Parlamento. Menos aun que se pretendan incluir más casillas en el IRPF para cubrir a otras confesiones minoritarias,ya que los privilegios de una parte no se combaten extendiéndolos a las demás sino suprimiéndolos para todas.
Hasta tanto, pedimos a los contribuyentes NO MARCAR NINGUNA DE LAS DOS CASILLAS, NI LA DE LA IGLESIA CATÓLICA(que se debe autofinanciar y pagar impuestos) NI TAMPOCO LA DE FINES SOCIALES(que deben ser cubiertos con partidas específicas en los PGE).
Nota de interés: Si al presentar la declaración IRPF por internet sale un aviso de que no se han marcado las casillas, no hay que tenerlo en cuenta, es una medida más de la Agencia Tributaria para favorecer que se marquen, ya que es válido no marcar ninguna y se puede continuar sin problema con la Declaración. Si en el borrador de la Declaración aparece alguna casilla marcada (ya que se guarda lo que se marcó el año anterior), se puede modificar. Si se tramita presencialmente en la Agencia Tributaria o mediante un gestor, hay que indicarle que no marque ninguna.