Europa Laica, sindicatos docentes y organizaciones que secundan la campaña ‘Por una Escuela Pública y Laica: Religión fuera de la escuela», han cuestionado el plan del Gobierno para convertir en voluntaria y sin efectos académicos la asignatura de Religión, porque recuerdan que sin derogar los Acuerdos con la Santa Sede de 1979, tendrá que seguir impartiéndose en horario lectivo.
«Lo que se propone es religión o parchís», ha afirmado este viernes el presidente de Europa Laica, Francisco Delgado, en una rueda de prensa celebrada en Madrid, recordando la situación de asueto que provocó la implantación de la LOGSE, ley educativa de 1990, al dejar sin asignatura alternativa a los estudiantes que no querían recibir clases de Religión
«Dejar la religión sin asignatura espejo en horario lectivo es tener secuestrados en el centro a los alumnos que no quieran Religión porque otros sí quieren. Hay que sacar la asignatura de la escuela», ha sentenciado.
Las organizaciones que apoyan esta veterana campaña, con dos décadas de recorrido, han anunciado que solicitarán reuniones tanto con el Ministerio de Educación como con los grupos parlamentarios en el Congreso para promover una iniciativa legislativa que garantice «el imprescindible carácter laico» en la escuela pública «dejando la religión confesional fuera del sistema educativo oficial, del currículo y del ámbito escolar».
Para ello, estas organizaciones consideran imprescindible derogar el «preconstitucional» acuerdo de España con el Vaticano, pero también los acuerdos que posteriormente han permitido la entrada a los centros educativos de otras confesiones, además de la católica.
«Tenemos esperanza», ha asegurado el presidente de Europa Laica y portavoz de la campaña, al recordar que partidos como Izquierda Unida, que forma parte del Gobierno de coalición presidido por Pedro Sánchez, es uno de los impulsores de esta demanda. Además, el acuerdo de gobierno entre PSOE y Unidas Podemos, ha señalado, contempla la aprobación de una Ley sobre Libertad de Conciencia «que garantice la laicidad del Estado», se leía en aquel documento.
En el acuerdo de gobierno, ambas formaciones se comprometían además a que la asignatura de Religión pase a ser de carácter voluntario para los estudiantes, sin asignatura alternativa ni nota computable a efectos académicos. Algo que recoge el proyecto de reforma educativa preparado por la ministra de Educación, Isabel Celaá, y que llegará en unas semanas al Congreso de los Diputados para iniciar su trámite parlamentario.
Según José María Ruíz, de la Federación de Enseñanza de CCOO, el trámite parlamentario de la reforma educativa es «una oportunidad para avanzar en la laicidad del sistema educativo» a través de enmiendas, aunque augura la oposición de los partidos de derechas.
«No va a ser una etapa fácil, porque estamos viendo que la educación está en el centro de la batalla ideológica que plantea la derecho a, como hemos visto con el ‘pin parental’. Es una oportunidad pero el camino no será fácil», ha reconocido.
Las organizaciones que están detrás de la campaña ‘Por una Escuela Pública y Laica: Religión fuera de la Escuela’, entre ellas las familias de estudiantes de CEAPA, la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales o Redes Cristianas reclaman también que se deje de financiar con dinero público a los centros que segregan por sexo, y a la Iglesia a través de la educación.
Lo ha defendido Ángel Villagrán, de Redes Cristianas. «El cristianismo solo tiene futuro si se transmite de modo testimonial y se recibe de modo libre. Mientras sea impuesto y colocado como un forceps es un cristianismo que está llamado a desaparecer», ha asegurado este representante del movimiento crítico con la Conferencia Episcopal, que por encima de la fe defiende el derecho a la libertad de conciencia de los escolares.