La Agencia Tributaria y la Inspección de Trabajo obligan a Stadium Casablanca, una agrupación deportiva dependiente de una fundación canónica, a regularizar más de medio millón de euros en cotizaciones e impuestos escamoteados por una retahíla de irregularidades en las declaraciones de renta y en la situación laboral de sus jugadores profesionales y sus entrenadores de base.
Stadium Casablanca, la agrupación deportiva de la fundación canónica del mismo nombre, dependiente del arzobispado de Zaragoza, defraudó durante años a Hacienda y a la Seguridad Social con varios tinglados entre los que destacan el pago con dinero negro a las decenas de entrenadores que dirigen los equipos de base de trece de sus catorce disciplinas deportivas y las irregularidades en la gestión del Mann Filter, un equipo femenino de baloncesto que lleva seis años compitiendo en la división de honor española, según indica la documentación a la que ha tenido acceso Público y han admitido fuentes de la entidad.
Las irregularidades fueron detectadas por sendas inspecciones de la Agencia Tributaria y de Trabajo realizadas en 2017, y afectan a los cuatro años de margen de que ambas administraciones disponen pueden investigar sin que las infracciones estén prescritas.
Esos periodos corresponden al tramo final de Manuel Ureña y al inicial de Vicente Jiménez como arzobispos de Zaragoza, en plena guerra de las sotanas y en una etapa en la que las irregularidades en la gestión del dinero se daban en ámbitos diocesanos como sus tribunales.
La de Hacienda afectó tanto a la fundación como a la agrupación deportiva, que en la práctica comparten personal, redes, equipos y espacios de trabajo, mientras que la del Seguro se centró en la segunda de esas entidades, que es la empleadora formal de los entrenadores.
El acta de infracción levantada por la Inspección de Trabajo en relación con las jugadoras de Mann Filter reseña el impago de cuotas por 161.183 euros más un recargo del 20% que suma otros 32.236.
Las irregularidades fueron detectadas en 2017
Paralelamente, las retenciones a cuenta del IRPF no pagadas entre 2013 y 2017 ascendían a 118.926 euros, cantidad a la que deberían sumarse los intereses de demora y una sanción que normalmente oscila entre el 25% y el 150% de la cifra escamoteada y que, en este caso, las fuentes consultadas declinaron concretar. Las irregularidades incluían declaraciones por cantidades menores de las recibidas y la no contabilización de ingresos salariales en especie como el alojamiento de algunas de las jugadoras, de cuyos costes se hacía cargo Stadium Casablanca pero sin cuantificarlo ni reflejarlo en sus nóminas.
Ochenta entrenadores cobrando en negro
La investigación de Hacienda, cuyos inspectores intervinieron en la sede de Stadium Casablanca documentación tanto en papel como en soporte informático referente a los pagos en dinero negro a los entrenadores y a las irregularidades en los salarios de las jugadoras profesionales del Mann Filter, afectó también al Impuesto de Sociedades y al IVA.
Entre esa documentación figuraban varias carpetas con recibos que habían ido firmando los entrenadores durante varias temporadas como cobro por un trabajo por el que ni tributaban ni cotizaban.
Eran alrededor de ochenta y recibían en su conjunto cerca de 180.000 euros al cabo del año, lo que sitúa la retención mínima escamoteada al fisco, del 2%, en el entorno de los 3.500 euros por ejercicio, mientras que las cotizaciones hurtadas a la Seguridad Social en los cuatro años que abarcó la inspección de Trabajo ascendieron a 222.421 euros, a los que en este caso se sumaba un recargo de 44.484.
Una agrupación deportiva supervisada por el arzobispado
“Es un expediente cerrado y saldado”, indicaron fuentes de Stadium Casablanca, que declinaron entrar en detalles sobre las inspecciones, aunque sostuvieron que estas afectaron en aquella época a varios clubs deportivos de Zaragoza y de otras áreas del país. “Ahora está todo regularizado, y se trata de algo con lo que no tiene nada que ver la actual dirección”, añadieron.
De hecho, tanto los miembros del patronato como los directivos de la agrupación cambiaron poco después de las inspecciones, si bien en algunos casos con la fórmula del trasvase, y sin que las irregularidades detectadas en estas afectaran al cobro de ayudas públicas por parte de Stadium Casablanca.
Esta entidad funciona desde 1949 en unos terrenos cedidos por el arzobispado de Zaragoza, institución que supervisa su funcionamiento, elige a los patronos de la fundación, envía a un delegado como consiliario a las reuniones del patronato y valida a los directivos de la agrupación que son elegidos por los socios.
Los estatutos de la fundación marcan como su objetivo el de “realizar una continuada acción apostólica entre la juventud católica, con ocasión y mediante la práctica de actividades deportivas y facilitar la debida formación y asistencia espiritual a los jóvenes que participen en sus actividades. Todo ello de acuerdo con las normas de la doctrina y la moral católica recibidas a través de la diócesis”.