La corte de Apelación de Milán ha dado un nuevo espaldarazo a la viabilidad de prohibir el uso del burka en edificios públicos y hospitales italianos. Este tribunal ha ratificado una sentencia anterior de un juzgado milanés que ya daba luz verde al veto de esta prenda fuera del ámbito privado en toda la región de Lombardía.
La norma fue impulsada por el anterior ejecutivo lombardo, encabezado por Roberto Maroni, de la ultraderechista Liga Norte (el partido de Matteo Salvini) y se aprobó tras los atentados de París de 2015.
Cuatro años después, la corte de apelación milanesa ha considerado «justificada y razonable» una norma que se aprobó como «una medida de seguridad». El tribunal ha considerado «necesario identificar a los que acceden a estos espacios» dado el «elevado número de personas que cotidianamente usan los servicios» dándole así la razón a un tribunal regional que había fallado en la misma dirección dos años antes.
Diversas asociaciones por los derechos de los extranjeros de diferentes sectores sociales habían llevado ante los tribunales una medida que consideraron discriminatoria.
Los recurrentes pidieron que se permitiera a los interesados quitarse el burka solo durante la identificación para evitar así una prohibición total, cuestión que ha sido desestimada por los jueces.
Es importante subrayar que el reglamento no se refiere explícitamente al burka, sino a las prendas de vestir que cubren el rostro en general.
La asesora de Seguridad regional de Lombardía cuando se introdujo la norma, Simona Bordonali, ha celebrado a través de su Facebook la ratificación, que ha valorado como «de sentido común y no discriminatoria». «Prohibir el uso de cualquier medio que hace difícil si no imposible el reconocimiento de la persona, ya sea un casco, una máscara de esquí o el burka es fundamental para la protección de la seguridad pública, especialmente en los lugares sensibles», ha dicho.
