Esa bajada de la Virgen en procesión transcurrió según lo previsto. Pasada las nueve de la noche, hizo su salida del patio de armas de la alcazaba, bajo los sones del himno nacional interpretado por la Asociación Banda de música ‘Antonio Flores’. Esta formación fue la encargada, una vez más, de hacer el acompañamiento musical durante el recorrido. En esa salida, no faltaron los aplausos del público asistente. La comitiva fue cerrada por sacerdotes e integrantes de la corporación. Algunos de ellos se estrenaron en estas tareas.
La imagen, cargada por devotos y devotas, cruzó la parte antigua hasta llegar a la plaza Mayor donde fue recibida por decenas de personas. Seguidamente hizo su entrada en una abarrotada iglesia de San Martín, bajo una fuerte ovación. Una vez que fue colocada en su trono, el alcalde, José Antonio Redondo le cedió el bastón de mando de la ciudad. Lo recuperará cuando ‘marche’ de nuevo a la alcazaba trujillana.
Cumplida con este acto protocolario, llegaron las intervenciones de bienvenida. El alcalde pidió a la Patona que sea «indulgente con nuestras carencias y debilidades y nos ayude a capitanear esta difícil nave trujillana». Asimismo, pidió que proteja con su manto a todos los trujillanos y, en especial, a «los que nunca le ha sonreído la fortuna». Redondo añadió que las fiestas son de todos y para todos. El presidente de la Hermandad, Javier Diz, recordó que San Martín será estos días un «peregrinar» de vecinos para acompañar a la Virgen. El párroco Eugenio Albalate resaltó que el acto de ayer constituye una «magnífica manifestación pública de nuestra fe».
El acto terminó con la interpretación del canto himno Salve dentro de la iglesia. Después, ya en la plaza Mayor, tuvo lugar un emotivo concierto de la banda de música de Trujillo ‘Antonio Flores’, titulado ‘A mi manera’. En este recital, pusieron letra a algunas canciones Carmen Tamayo y Nuria Tamayo.