El Ayuntamiento de Gijón podrá acoger en el futuro los denominados bautizos civiles, o acto de acogimiento civil o ceremonia de otorgamiento de carta de la ciudadanía. Será una de las cuestiones que recoja el Reglamento de Laicidad que se ha incluido en el pacto de gobierno entre PSOE e Izquierda Unida, que debe concretarse aún y que tomará de ejemplo el Reglamento de Laicidad Municipal de la localidad madrileña de Rivas Vaciamadrid, aprobado a principios de este mismo año.
La normativa ha sido una de las exigencias de IU, ya que formaba parte de su programa electoral, en el que recogían también la intención de «establecer el carácter exclusivamente civil de todos los actos oficiales, eliminando todo tipo de connotación, rito o simbología religiosa o ideológica de cualquier naturaleza». El único conflicto en este sentido que parecía haber en Gijón es la bendición de aguas en la festividad de San Pedro, siempre criticada por determinados sectores de la izquierda pero en la que tradicionalmente habían participado los gobiernos socialistas de Gijón. Hasta que la actual alcaldesa, Ana González, decidió que no iría. Si necesidad de reglamento, las cosas empezaban a cambiar.
Pero Izquierda Unida considera que todas esas cuestiones deben estar reguladas. Y el PSOE acepta la propuesta. Para la elaboración del texto se contará con la opinión de Asturias Laica, que precisamente tenía en el centro de sus protestas la participación institucional del Ayuntamiento en la bendición de las aguas.
Lo dicho, una de las cuestiones que recogerá el nuevo reglamento será la posibilidad de que las familias celebren en el Ayuntamiento un bautizo civil para sus hijos. No es nada nuevo en España, ni siquiera en Asturias. El primer municipio en hacerlo fue Igualada, en Barcelona, en 2004. A este se fueron sumando otros con mayor o menor aceptación, con mayor o menor polémica. En Asturias fue Avilés el primero en celebrar estas ceremonias, en 2005. En el verano de aquel año, el salón de recepciones del Ayuntamiento acogió los actos de bienvenida a la comunidad de un niño y una niña. Siero, Mieres, Grado y Tineo también han celebrado actos de este tipo.
Se trata de una cuestión de tradición francesa, en la que se entrega al niño una Carta de Bienvenida Ciudadana, que recoge básicamente artículos de la Carta Europea de los derechos del Niño. Una de las ceremonias más mediáticas fue la que el desaparecido Pedro Zerolo ofició para dar la bienvenida civil al hijo de Cayetana Guillén-Cuervo en Madrid. Fue en 2009, en una fiesta llena de caras conocidas. Se trata de breves ceremonias que ofician los alcaldes o alguno de los concejales de la Corporación, al igual que sucede con las bodas civiles. Se suele leer algún texto relacionado con la infancia y dar la posibilidad de intervenir a alguno de los invitados o haber, incluso, un acompañamiento musical.
En España ha existido siempre la polémica por las dudas de una parte de la sociedad por considerar que se convierte en una ceremonia laica algo que parte de un sacramento como el bautizo. Pero lo cierto es que en algunos municipios se llegó incluso a plantear la posibilidad de realizar comuniones civiles, como una celebración del paso de la infancia a la adolescencia, sin ninguna vinculación religiosa.
También despedidas
En el caso de Rivas Vaciamadrid también se recoge la elaboración de un protocolo para «la realización de despedidas civiles al que puedan acogerse voluntariamente familiares de vecinos y vecinas de Rivas fallecidas. Igualmente dispondrá de espacios habilitados al efecto, sin ningún tipo de simbología religiosa, susceptibles de ornamentarse con los símbolos que en cada caso se considere».
Está por ver si en Gijón también se contempla esta otra opción. En cuanto al bautizo civil, será sin duda una de las cuestiones más llamativas del futuro reglamento de laicidad, pero no la única. Así, se pretende acabar con la posibilidad de que colegios concertados católicos sean colegios electorales. «No puedes ir a votar con el crucifijo presidiendo el lugar», sostienen desde Izquierda Unida. Los colegios concertados de La Asunción y San Miguel, por ejemplo, suelen acoger mesas electorales cada vez que se celebran comicios.