Los grupos municipales del PSdeG y PPdeG celebraron ayer la vuelta a la «normalidad» en lo que se refiere a la presencia de la Corporación municipal en la Ofrenda Nacional del Apóstol, el próximo 25 de julio. El alcalde de la ciudad, Xosé Sánchez Bugallo, indicó que se trata de «un acto cívico religioso, que está en la tradición de la ciudad, en el sentimiento religioso mayoritario en Santiago». Preguntado al respecto el socialista en una rueda de prensa celebrada ayer tras la reunión de la junta de portavoces, contestó que «es un acto religioso, pero también un acto tradicional«.
En la misma línea se pronunció el portavoz del PP, Agustín Hernández, que en otra comparecencia ante los medios indicó que «es obligación del alcalde ir al Día del Apóstol, ya que es uno de los actos institucionales más importantes de Santiago».
De este modo, se retoma tal representación oficial, pues en la etapa de Martiño Noriega como regidor no existió esa posibilidad.
En esta ocasión la ceremonia será en San Martiño Pinario, al estar la Catedral en obras; y será presidida por el arzobispo, monseñor Julián Barrio.