La decisión tomada por la Institución Santa Juana de Arco de Dakar (ISJA), propiedad de la Congregación de las Hermanas de San José de Cluny desde hace dos siglos, de prohibir el uso del velo islámico a partir de septiembre de 2019, ha generado gran polémica en Senegal.
El establecimiento, que recibe a estudiantes desde jardín de niños hasta preparatoria, justificó su decisión afirmando «la necesidad de cumplir con el reglamento en vigor en todas las instituciones de la Congregación presentes en 57 países».
En una declaración emitida el 3 de mayo de 2019, el Ministro de Educación criticó la decisión de la escuela, señalando que no está en conformidad con la Constitución, la cual establece que «Senegal es un país laico, democrático y social». La Constitución garantiza, «ante la ley, la igualdad de todos los ciudadanos sin distinción de origen, raza, sexo y religión», recordó el Ministro.
En respuesta a esta declaración, el Consejo Nacional de Laicos de Senegal declaró que las autoridades escolares han observado, «durante bastante tiempo, ciertas conductas y prácticas sectarias que no van de acuerdo con la naturaleza laica del Estado de Senegal y la coexistencia supuestamente defendida en el entorno escolar». Estos comportamientos cuestionan «la imposibilidad de distinguir, tanto de manera visual como conductual, en las escuelas católicas, las diferencias de cultura, religión y condición social entre los estudiantes». Por lo tanto, la dirección de la escuela ha tomado una serie de «medidas correctivas», entre ellas la «estandarización del uso de uniformes escolares».
Por su parte, el sitio de noticias Nouvel Horizon mencionó los numerosos ataques dirigidos contra los no musulmanes debido a la decisión de la ISJA. Y finalizó asegurando que en Senegal se está gestando «una policía religiosa que trata de establecer un orden religioso moral y rigorista en un país laico y en una sociedad plural».
Como señaló el corresponsal de la agencia católica cath.ch en Senegal, «ya no es raro ver tanto en áreas urbanas como en áreas rurales, mujeres portando el nicab o cubiertas con el velo integral. En algunos barrios populares, es aún más sorprendente. Además, enfatizó que «en las instalaciones sanitarias, los hombres o las mujeres se niegan a ser consultados por el sexo opuesto».
La población senegalesa es mayoritariamente musulmana (94%). Los cristianos, principalmente católicos, representan alrededor del 5%. – En Senegal, como en otras partes del mundo, el secularismo ha demostrado que no es el remedio al islamismo, que lo ignora magníficamente. En lugar de invocar la naturaleza secular del Estado y la dimensión pluralista de la sociedad, la Institución Santa Juana de Arco debería esforzarse por volver a convertirse en una escuela fundamentalmente católica, como fue fundada en 1939, y como se desarrolló especialmente en la época de Monseñor Lefebvre, quien bendijo a los lugareños acompañado del futuro cardenal Thiandoum.