Los actos comenzaron primero con la misa votiva de los cabildos, en San Ildefonso, y posteriormente con la tradicional ofrenda floral, tras la procesión hasta él desde la plaza de la Libertad, con caballos, coronas de flores y trajes coloridos.
El «altar» situado junto al azulejo de la Virgen de la Capilla se fue llenando poco a poco de ramos de flores entregados por niños y niñas, jóvenes, hombres y mujeres, de flamenca, de chirri, de pastira, de todas las formas. Claveles blancos y rosas rojas. Colores y aromas de una primavera que va llegando a su fin. No faltaron ni los cantes ni los bailes, incluso ante el altar.
El alcalde en funciones de la ciudad, Javier Márquez, junto con la concejal de Asuntos Sociales e Igualdad, Reyes Chamorro, dieron el pistoletazo al acto sobre la una de la tarde. Poco después pasaría por la ofrenda vestida de pastira, María Cantos, la líder de Ciudadanos con la llave para la alcaldía de Jaén. Por la tarde, formó parte de la procesión, ataviada de igual manera y por delante de Márquez y los suyos. Fue una de las ‘caras famosas’ de la procesión. También iba en ella Salud Anguita, concejal por Vox, entre otros.
Durante toda la jornada, el centro volvió a llenarse de bullicio para celebrar estas fiestas que rememoran el descenso de la Virgen durante la noche del 10 al 11 de junio de 1430 para arengar a los jienenses en el asedio mahometano. La también conocida como la «feria chica» vivió su jornada clave a lo grande.
Ya por la tarde fue el turno de la procesión, con salida desde la Basílica Menor de San Ildefonso. Cruzó entre aplausos las puertas de San Ildefonso y «el pueblo de Jaén» pudo verla flamante. Miles de jienenses se rindieron a su patrona en las calles de Jaén, precedida de largas hileras de mantillas blancas y acompañantes varios.
Entre caras de devoción, vítores y vivas, la Virgen de la Capilla hizo su recorrido procesional y dio por concluidos los actos en honor a la patrona de este año. Un adiós a la feria chica a lo grande.