El clero catalán sigue haciendo gestos de simpatía hacia los líderes independentistas presos por su implicación en el referéndum ilegal del 1-O
El arzobispo electo de Tarragona, Joan Planellas, ha concedido una entrevista en la que asegura, en relación a los políticos secesionistas que están siendo juzgados por rebelión, que es «un drama» que estén en prisión.
Ante la reivindicación de los sectores de la Iglesia en Cataluña que pedían obispos catalanes, Planellas cree que «es mejor que a la hora de elegir un obispo que sea del lugar, del territorio».
Preguntado por el posible apoyo de la doctrina social de la Iglesia al derecho de autodeterminación –o sea, de independencia– de Cataluña, el prelado responde recordando un texto de la Conferencia Tarraconense, «Al servei del nostre poble» (Al servicio de nuestro pueblo), del 21 de enero del 2011, en el que los obispos declaraban: «Reconocemos la personalidad y los rasgos nacionales propios de Cataluña, en el sentido genuino de la expresión, y defendemos el derecho a reivindicar y promover todo lo que esto comporta, según la doctrina social de la Iglesia».
Según Planellas, «el siguiente paso no le corresponde hacerlo a la Iglesia, les corresponde a los políticos, a la democracia».
«En este punto yo sólo puedo decir que lamento la falta de diálogo que ha habido para decidir cómo debemos sacar adelante este país, como hemos de sacar adelante nuestro pueblo», añade.
Ante la afirmación del periodista de que la Iglesia catalana ha estado muy callada ante la situación de los presos políticos (sic), el arzobispo electo de Tarragona considera que «el drama es que unos políticos que intentaron dar un paso en el que ellos creían y que lo hicieron pacíficamente, se encuentren en esta situación».
«Ante el hecho real de que unos piensan radicalmente una cosa y otros radicalmente otra, la única solución es el perdón; de lo contrario no podremos salir adelante», apunta.
«Si me preguntas si deberían indultar estos políticos, yo voy más allá: deberíamos sabernos perdonar, todos, unos y otros. Porque también del otro lado hay gente que se ha sentido muy herida», subraya Planellas.
«Yo quiero ser el obispo de todos, pero es claro que debemos implorar sabernos perdonar. Si hace falta lo pediré de rodillas… Y me incluyo: si he ofendido a alguien le pido perdón», concluye.
El nombramiento del nuevo arzobispo de Tarragona ha sido polémico, porque en su etapa de párroco colgó esteladas de un templo.