Tras la eucaristía en la Parroquia San Víctor y Santa Corona -donde se veneran las imágenes, oficiada por el párroco Miguel A. Caballero y a la que asistió el alcalde y concejales del Ayuntamiento– se organizó el desfile, que abría una Cruz infantil, portada a costal por niños para recorrer las calles de la barriada de San Víctor, como es habitual.
Pese a lo desapacible de la tarde, numeroso público estuvo en el recorrido. El trono del Cristo del Amor, a costal, con sus levantás, tras la Cruz, atrajo muchas miradas al ritmo de las notas musicales de la Banda de cornetas y Tambores «Los Coloraos» de Daimiel, que un año más han estado acompañado este Trono.
Un grupo de cofrades con capuz y túnica de la hermandad le acompañaron. También hubo presencia del estandarte de la Hermandad de Nuestro Padre Jesus de Nazareno de Tarancón.
A continuación desfiló el trono de la Virgen de la Paz, que superó un pequeño percance a la salida del templo con la corona. Iba de blanco espectacular, portada a costal por mujeres con los acordes de la Banda de Música de Granada.
Tras el trono, la representación religiosa, con el párroco Miguel A. Caballero, y la civil con el segundo teniente de alcalde, Julián Garrido. y la concejala de la Mujer, Lorena Cantarero.
Este año, la habitual «escolta» o «guardia» al trono del Cristo del Amor, que hacia la Guardia Civil ha estado a cargo de una escuadra de la centuria romana de la Pasión viviente, soldados ataviados con los trajes de época.