Una supuesta terapeuta, que no está colegiada como psicóloga, da una sesión a un periodista de eldiario.es que se hace pasar por un joven confuso con su orientación sexual para que deje de ser gay: «Debes gobernarte y dejar de ver porno»
Fuentes de la diócesis de Reig Pla admiten que se celebran estos cursos, ilegales según el artículo 70 de la ley contra la LGTBfobia de Madrid, aunque no lo consideran «terapias reversivas» sino de «acogida y acompañamiento»
«Yo sé que esto puede tener consecuencias. Podrían llegar incluso a cerrarnos el centro», admite B. V., la mujer que trabaja en el obispado para que las personas homosexuales dejen de serlo
El obispado de Alcalá de Henares imparte terapias ilegales y clandestinas para curar la homosexualidad. Haciéndose pasar por un joven que quiere cambiar su orientación, este periodista ha asistido a la primera sesión de una de estas pseudoterapias, que tuvo lugar el 21 de marzo en el Centro de Orientación Familiar Regina Familiae, un servicio que pertenece a la diócesis de Alcalá y que está dentro del mismo complejo religioso. Este tipo de sesiones están prohibidas en la Comunidad de Madrid y quienes las imparten pueden enfrentarse a multas de más de 45.000 euros, según el artículo 70.4.c de la Ley de Protección Integral contra la LGTBfobia de la Comunidad. El obispado confirma por escrito a eldiario.es que el centro es suyo y que se hacen las terapias, aunque niega que sean «terapias reparativas» y explica que se trata de formación «educativo-sexual (educación en el amor)».
Fuentes oficiales del obispado de Juan Antonio Reig Pla, conocido por sus polémicas homófobas, puntualizan que se trata de «acogida y acompañamiento de personas que acuden a nosotros». Sin embargo, eldiario.es ha comprobado en primera persona que tanto el contenido de los materiales enviados por correo como la primera sesión de pseudoterapia (impartida por una persona sin formación) están enfocados a que la persona deje de ser homosexual, algo que los expertos del Consejo General de la Psicología de España consideran anticientífico y peligroso, «porque suelen derivar en problemas de ansiedad, depresión y suicidio». La ley madrileña lo califica directamente de ilegal, ya que prohíbe «la promoción y realización de terapias de aversión o conversión con la finalidad de modificar la orientación sexual o identidad de género», independientemente de si las personas acuden voluntariamente o no, y las considera una infracción muy grave que puede conllevar la retirada de subvenciones públicas.
La supuesta terapeuta, B. V., dice ser doctora en biología y, como confirma el Colegio de Psicólogos de la Comunidad de Madrid a eldiario.es, no está colegiada y por tanto no tiene habilitación para hacer terapia de ningún tipo. En el obispado tiene un cargo en la sección madrileña del Pontificio Instituto Juan Pablo II, un centro de estudios que en España dirige el obispo de Alcalá de Henares y que imparte el «Máster para las Ciencias del Matrimonio y la Familia», según el obispado.
Aunque la diócesis niega que sean terapias de reversión, la propia pseudoterapeuta lo admite en una grabación en una de estas sesiones ilegales y asegura que conoce bien el riesgo y la ley que lo prohíbe: «Explicarte por qué sientes lo que sientes y cómo dejar de sentirlo se considera homofobia. Yo sé que esto puede tener consecuencias. Esto es un acto LGTBfóbico cognitivo. Podrían llegar incluso a cerrarnos el centro», dice al periodista, que se hace pasar por un chico confundido con su sexualidad. «Estoy teniendo contigo un acto homofóbico. O sea, yo te estoy intentando ayudar. Yo sé que esto puede tener consecuencias, hasta tal punto que yo podría ir a la cárcel». También le pide que no se lo cuente a nadie, ni siquiera a sus amigos, y le avisa de que si lo hace habrá problemas para todos los que acuden y además le intentarán convencer para que no vuelva a una sesión.
No solo se trabaja en persona, también desde una dirección de correo corporativa del obispado se realizan envíos con materiales (imagen arriba). Uno de esos materiales es el libro titulado ‘Terapias Reparativas’, del psiquiatra estadounidense Joseph Nicolosi, cuya lectura recomienda la supuesta profesional, que colabora con Reig Pla desde hace años. En 2006, cuando él era obispo de Cartagena, B. V. fue nombrada también directora del Centro de Orientación Familiar de dicha diócesis, desde donde trabajaba.
«Una herida que puede curarse»
Según los documentos enviados antes de la sesión, la homosexualidad se produce por no haber despertado o cultivado suficientemente la masculinidad debido a un trauma que puede ir desde una mala relación con tus padres a abusos sexuales. «A lo largo del proceso de maduración personal ha habido relaciones, hechos, ausencias, sufrimientos, traumas… Que han producido heridas en nuestro ser. Habrá complejos, carencias y experiencias que te han hecho estar buscando y comparándote con otros chicos», dice B. V. nada más iniciar la sesión. Esa herida, aseguran sus tesis homófobas, puede repararse mediante psicoterapia y asesoramiento pastoral. «LGTBfobia cognitiva», bautiza a la sesión sin ningún criterio científico.
Según las fichas de trabajo a las que ha tenido acceso eldiario.es, el proceso para dejar la homosexualidad es lento y debe compaginarse con psicoterapia, lecturas y tareas que completar en casa. La primera recomendación durante la reunión es dejar de consumir pornografía y masturbarse menos, para deshacerse del refuerzo positivo que supone haber recibido estímulos visuales. «Tú ya tienes un hábito muy arraigado. Para tener una relación con una chica tienes que controlarte», explica B. V. La cita para la segunda sesión fue concertada el 23 de abril e iba a tener lugar en el mismo Palacio Arzobispal. «Atendemos también en el obispado. Tenemos un despacho allí», confirma la pseudoterapeuta a eldiario.es. Una cita que ya no se producirá.
Rechazo de la aceptación
Uno de los documentos que se envía desde este centro del obispado considera la homosexualidad como indeseable: «La mentira gay y la desinformación sobre este tema está llevando a muchos adolescentes y jóvenes a pensar que han de aceptarse y por lo tanto, se les está condenando a una vida de sufrimiento, de mentira, de degradación y de muerte. En lugar de ayudarles a descubrir y madurar su verdadera identidad, la masculinidad, se les condena a vivir una falsa identidad». Se habla de falsa identidad porque quienes llevan a cabo estos tratamientos consideran que la homosexualidad ni siquiera existe.
El trauma que sufrieron las personas con tendencias homosexuales ha provocado lo que en el obispado de Alcalá llaman AMS y PMS: atracción y proyección hacia las personas del mismo sexo. «La AMS es el grito, la alarma, la fiebre que te avisa de que algo en ti necesita madurar, ser cultivado. Si la Mentira/Manipulación Gay no hubiera inundado todos los rincones de nuestro mundo y por el contrario fuéramos capaces de responder con prontitud y verdad a esta llamada del corazón de los adolescentes, sería muy sencillo y rápido madurar la personalidad y la masculinidad y superar la atracción hacia el mismo sexo», reza uno de los documentos entregados a los jóvenes.
Este mismo vocabulario homofóbico aparece en la web oficial del Obispado de Alcalá de Henares. Desde donde hace varios años se define la homosexualidad como una inclinación que se puede cambiar mediante «una terapia apropiada». En la página del Obispado existe incluso un directorio desde el que acceder a todo tipo de material homofóbico. Entre las webs recomendadas aparece esposiblelaesperanza.com, la misma asociación que pone en contacto a este periodista con la terapeuta.
No es nuevo que las instituciones religiosas que dirige José Antonio Reig Pla, mantengan tesis que rechazan y denigran a los homosexuales. En 2012 demandó que los padres que tuviesen hijos con conductas homosexuales, buscasen «la ayuda de personas expertas y calificadas para proporcionarle todo el apoyo posible». En 2008, cuando era obispo de Cartagena, trató de poner en marcha patrullas informativas para promover la virginidad, rechazar el aborto y el matrimonio homosexual.
Fuentes de la Conferencia Episcopal rechazan hacer comentarios ya que «este no es un órgano jerárquico de las diócesis, sino un órgano que les da servicio».
Si has sido víctima de una de estas terapias y quieres contar tu caso, puedes escribirnos a nuestro mail pistas@eldiario.es
El obispado de Alcalá también hace terapias homófobas con menores: «Si hubiera seguido allí, me habría suicidado»
El obispado de Alcalá celebra pseudoterapias para revertir la homosexualidad y no pone barreras siquiera para menores de edad. eldiario.es ha podido confirmar la asistencia de varios menores, con el conocimiento de sus padres, en Alcalá y Murcia, en la época en la que Reig Pla era obispo allí. Según alertan en el Consejo General de Psicología de España se trata de sesiones anticientíficas, peligrosas y que dejan secuelas.
Es el caso de Samuel -nombre falso porque prefiere no dar el suyo-, que empezó a asistir a los cursos cuando era menor de edad. Tenía 13 años el día que tuvo su primera sesión, a la que acudió por la presión de su entorno. «Me convencieron para ir. Me dijeron que mi orientación suponía un problema para mí y para mi familia». En aquella sesión le dijeron que era un error lo que estaba haciendo y que tenía que ponerle remedio. «Como mi familia es para mí tan importante decidí ir a la terapia para curarme», explica a eldiario.es.
Su asistencia a esta terapia se prolongó durante más de tres años y aquello le generó un trauma del que todavía tiene secuelas hoy, con apenas 20 años. «Yo estaba mal, me hundía más, me sentía como una mierda». Pronto empezó a pensar que querían lavarle el cerebro. «Notaba que me estaban quitando la forma de pensar y de sentir», recuerda. Samuel ha tenido que ir a terapia psicológica para poder superar la depresión en la que cayó tras sus encuentros en el obispado. «Si hubiera seguido allí me hubiera suicidado». Decidió salir porque no aguantaba más, porque la presión le estaba afectando demasiado, según relata.
En el caso de los menores, las posibles responsabilidades aumentan, ya que están protegidos por la Ley Orgánica de Protección del Menor. Establece que los padres, tutores y poderes públicos, deben respetar los derechos de los menores de posibles ataques de terceros. El artículo de la norma expone que «tienen derecho a buscar, recibir y utilizar la información adecuada a su desarrollo» y que los padres o tutores velarán porque la información que reciban los menores «sea veraz, plural y respetuosa con los principios constitucionales». Si estas terapias provocan algún tipo de secuela psicológica, tanto los tutores como quienes han impartido las sesiones podrían ser considerados responsables del daño provocado, según expertos consultados. También cualquier institución que lo hubiera amparado.
Además de las sesiones de psicoterapia, parte del tratamiento de Samuel tenía un fuerte componente religioso. «Cuando terminábamos íbamos a una capilla, leíamos la Biblia y la terapeuta nos hacía rezar. Nos hacía arrodillarnos delante de un sagrario y nos imponía las manos en los hombros y en la cabeza, a mí y a la persona mayor de edad que me acompañaba». Samuel cree que tuvo suerte, porque muy pronto se dio cuenta de que no quería seguir «No quise aceptar lo que me decían, me contaban que estaba buscando una relación de abuso. Tengo un amigo que empezó a ir a esta terapia y ha acabado por distanciarse de todos nosotros», se lamenta.
Álvaro (en este caso es su nombre verdadero) estuvo acudiendo a terapia en 2008, también cuando era menor de edad. Sus sesiones tuvieron lugar en el Centro de Orientación Familiar de Murcia. En ese momento, Reig Pla era el Obispo de la diócesis de Cartagena-Murcia y, por tanto, el centro también era responsabilidad suya. «Me dijeron que tenía que curarme sí o sí», cuenta por teléfono a eldiario.es. «Fueron mis padres los que me llevaron. Un cura amigo suyo les comentó que podían tratarme para cambiar mi orientación». La terapeuta, según cuenta Álvaro era itinerante, y no recuerda su nombre ni si era la misma B. V. de Alcalá, que estuvo con Reig Pla en Murcia. Álvaro se siente feliz por haber logrado salir de las terapias. «La relación con mis padres es ahora muy buena. Se llevan muy bien con mi marido, le tratan como a un hijo», sentencia.
Íñigo (también prefiere un nombre falso) es otro chico que fue a terapia en Alcalá hace dos años y explica que asistió casi por casualidad. «Yo no fui por mi orientación sexual, quería ver a un psicólogo y no podía permitírmelo». Así entró en los cursos del obispado. Según cuenta, pensaron que sus formas eran amaneradas y trataron de convencerle de que tenía que dejar de ser gay. «En ese momento yo estaba confuso, no sabía si era o no homosexual». Su terapeuta, B. V., es la misma persona que atendió al periodista de eldiario.es. Íñigo acudía a las sesiones cada dos semanas para tratar de reparar su masculinidad, según esta teoría. «Me dijeron que era inseguro, que no tenía confianza en mí mismo y que mi dinámica familiar no era sana». Le ofrecieron asistir a una terapia de grupo, pero se negó. «No quería ir a terapia por miedo a que otra gente pensase que era gay». Sus secuelas, aunque no psicológicas, también han condicionado su vida. «Siempre que empiezo a conocer a un chico me pregunto si la relación es sana o si la otra persona quiere aprovecharse de mí. Además, soy incapaz de decir la palabra gay», relata a eldiario.es
«Me preguntaron qué clase de porno veía»
Samuel tampoco quiso ir a las terapias de grupo, porque le daba vergüenza compartir su experiencia. «Me dijeron que me vendría bien ver a personas que ya estaban sanadas para comprobar que no me iba a pasar nada malo y que me podía curar». Le plantearon ir a terapias de pareja, con más gente gay y con chicas lesbianas, pero se negó porque no quería que la terapeuta le hiciera en público las mismas preguntas que le hacía en privado. «Si veía porno, si me masturbaba, qué clase de porno veía o el tipo de chicos que me gustaban». Fue un religioso quien le instó a acudir a la terapia, también por considerar que su actitud era afeminada. «Un cura me dijo que había cosas en mí que no eran normales. Mi forma de hablar, de andar, mi forma de ser… Me dijo que yo era gay y que lo tenía que solucionar». Le explicaron que las terapias las impartía una amiga del obispo y que servían para encontrar tu masculinidad. Esta supuesta terapeuta también era B. V.
A ambos les dijeron que tenían que reparar su masculinidad herida. Las heridas, como detalla la documentación a la que ha tenido acceso eldiario.es, son la causa de la homosexualidad según estos materiales. «Al final lo que están diciendo es que los homosexuales no son hombres completos. Si eres inseguro, estás buscando esa seguridad acostándote con otros chicos», explica Íñigo. Los dos también recibieron multitud de documentos que explicaban que la vida gay era un camino equivocado alejado de la masculinidad. «Tú eres un varón con masculinidad, esta es tu real y verdadera identidad, pues esta es la forma en la que tu ser se manifiesta en el mundo, y aunque ésta no haya madurado lo suficiente, sin embargo siempre es tiempo de madurarla, y mucho más a tu edad.
Gabriel J. Martín, psicólogo: «Las técnicas homófobas del obispado de Alcalá hacen que las víctimas desarrollen aversión hacia sí mismas»
Ha visto pasar por su consulta a varias personas que han sufrido las llamadas «terapias de conversión» de la homosexualidad similares a las que oferta el obispado de Alcalá de Henares, según ha revelado una investigación de eldiario.es. El psicólogo Gabriel J. Martín, autor de libros como Quiérete mucho, maricón o El círculo de amor marica, es uno de los mayores especialistas en la llamada psicología afirmativa LGTBI, una corriente que precisamente busca acompañar a las personas LGTBI para que vivan libremente y sin tapujos su orientación sexual.
Martín, representante del Consejo General de la Psicología de España ante la Red Internacional de Expertos en piscología afirmativa LGTBI, lamenta que este tipo de técnicas no sean perseguidas lo suficiente y reniega de llamarlas «terapias», a pesar de que están así definidas en la Ley LGTBI de la Comunidad de Madrid que las prohíbe, porque «una terapia favorece el bienestar de la persona» y, al contrario, «esto tiene un impacto muy profundo» sobre las víctimas. «Son destructivas», asegura en conversación con eldiario.es.
¿Cómo afectan estas terapias a las personas que acuden?
En primer lugar, llamarlas terapias es un error. Una terapia favorece el bienestar de una persona y eso no favorece el bienestar de nadie. Al contrario, tienen un impacto profundo sobre la autoestima de la persona porque le están diciendo que su forma de amar y/o de relacionarse sexualmente es inválida, incorrecta y enferma. ¿Cómo va una persona a valorarse a sí misma con este tipo de mensajes? Si en todo momento me están diciendo que lo que soy yo es enfermizo, la valoración de mí mismo no va a ser buena.
Además, afecta a cómo viven su sexualidad. Las personas que reciben este tipo de técnicas homófobas tienen su sexualidad profundamente deteriorada. Lo único que consiguen es que las víctimas repriman su sexualidad, la forma en que se relacionan con los demás y castran su personalidad. Son destructivas. Causan un perjuicio tremendo a las personas que las sufren y hacen que desarrollen una aversión hacia sí mismas y su propia sexo afectividad. Todo esto es fácilmente comprobable con la evidencia científica disponible, ampliamente recopilada por la Asociación Estadounidense de Psicología.
¿Qué hay detrás de estas técnicas?
Hay integrismo religioso, una profunda homofobia y una absoluta falta de conocimiento de las vivencias sexuales. Hay que decir que no se rigen por los conocimientos científicos. Consideran la homosexualidad una enfermedad, lo cual ya califica su discurso, porque tenemos clarísimo desde hace décadas que no lo es. Estos grupos tienen una visión de la homosexualidad como si fuera algo adquirido, producto de determinadas circunstancias traumáticas. Sin embargo, es algo innato y no se aprende. ¿Crees que un gay en Chechenia no querría dejar de ser homosexual para que no lo matasen?
Nada de lo que dice esta gente tiene validez. Y es que utilizan una pseudoexplicación científica y palabrería para tratar de justificar algo que no tiene fundamento: que la homosexualidad es producto de un trauma y se puede cambiar.
¿Ha recibido alguna vez en su consulta a personas que han pasado por estas técnicas?
Sí. Vienen con una enorme depresión, con una relación pésima con su sexualidad y la autoestima totalmente destruida porque les han estado diciendo durante años que son enfermos. Siempre son personas a las que sus propios entornos familiares les han inducido a ello. Son familias profundamente conservadoras, religiosas y homófobas. Ellos han tenido que pasar por años de sufrimiento, de dudas y de pensar que son enfermos hasta llegar hasta aquí.
El obispado de Alcalá ha asegurado que «no renuncia a acoger y acompañar a las personas que libremente lo soliciten»
Es algo absolutamente falso. Como te decía, las personas que acuden a estas técnicas van presionadas por su entorno homófobo y porque desde pequeños han estado recibiendo el lavado de cerebro de que la homosexualdiad es una enfermedad y que se cura. Si no fuera por eso, no iría nadie. Estos mensajes de la voluntariedad son muy perversos. Por otro lado, no son técnicas de acompañamiento ni acogimiento. Al contrario, están empujando y obligando a las víctimas a tratar de aparentar algo que no son.
En eldiario.es hemos recibido cartas de personas que supuestamente pasaron por estas sesiones, lo que en determinados foros ultracatólicos se llama «exgay». Entre otras cosas, hacen afirmaciones como que pudieron «comprender la verdad de las causas» de su «atracción» o «iniciar libremente un camino de sanación y maduración».
Este tipo de testimonios no tienen ningún tipo de validez. Son respuestas que tienen preparadas cuando salen este tipo de artículos. Ni siquiera sé si podríamos considerar que son responsables de lo que están diciendo porque están abducidos por dogmas fundamentalistas. La orientación sexual no se puede cambiar.
Muchos de los chicos que yo he tratado y que han pasado por estos procesos nos contaban cómo les presionaban diciéndoles que dijeran que ‘habían sido curados’. Ahora son conscientes de que estaban atrapados en una mentira que han ido lanzando al mundo.
Aunque aparentemente son técnicas dirigidas a hombres y a mujeres, están muy dirigidas a ellos. ¿Por qué?
Yo creo que ocurre porque la Iglesia es machista y le presta muchísima más atención al testimonio de los hombres. Sé de mujeres que han pasado por ahí, pero la mayoría son hombres. Las mujeres no tienen presencia en la Iglesia ni siquiera para eso.
Son terapias prohibidas por la ley LGTBI de la Comunidad de Madrid y por otras muchas legislaciones a nivel autonómico. ¿Cree que se persiguen lo suficiente?
No, para nada se persiguen lo suficiente. De todas formas es que esta gente funciona en entornos profundamente religiosos y sectores muy conservadores de la Iglesia. Son entornos muy ocultos. Y muchas víctimas se sienten tan avergonzadas que ni siquiera se atreven a denunciar. Tienen mucho miedo de la familia, además. Se sienten fracasados y piensan que no han sabido reconducir su orientación sexual.
Usted es uno de los mayores expertos de psicología afirmativa LGTBI. ¿Qué significa?
Cuando la evidencia científica demostró que nadie tiene que curarse de la homosexualidad y que no es una enfermedad, la comunidad científica se puso de acuerdo en que lo que debíamos hacer era afirmarlo, acompañar a la persona para que lo viva con libertad y naturalidad y revertir las secuelas de la homofobia que ha sufrido. Es decir, justo todo lo contrario de lo que dicen las técnicas reversivas como las del obispado.
Consiste, primero, en ayudar a corregir los falsos conceptos de la homosexualidad con los que nos instruyen desde que nacemos, tienes que ayudar a estas personas que acuden a reconstruir sus relaciones, a superar las secuelas emocionales y tener una mejor relación con su sexualidad, profundamente dañada. Cada uno es un mundo, pero en general es así. Este tipo de situaciones son consecuencia del rechazo, del maltrato y de la homofobia que han vivido.
El grupo de la pseudoterapeuta de Alcalá monta una campaña contra eldiario.es «para que la verdad brille frente a las tinieblas»
La organización dedicada a cursos contra la homosexualidad denominada Es Posible la Esperanza (EPE), a la que pertenece la supuesta orientadora que imparte estas terapias en el obispado de Alcalá de Henares, ha iniciado una campaña de «protesta y testimonio» hacia eldiario.es a partir de la información sobre terapias ilegales y clandestinas desvelada por este medio.
La carta, remitida por un P. Santiago (que fuentes han identificado como un sacerdote católico) con la que se anima a remitir escritos tras la publicación, y a la que ha tenido acceso eldiario.es, reconoce que la persona al cargo de la terapia en la diócesis alcalaína, B.V., está vinculada a ellos: «Os envío esta noticia de un periódico español que sale hoy martes en relación a una de las orientadoras de EPE», puede leerse.
El texto asegura que «es el momento de actuar y de mostrar vuestra solidaridad-responsabilidad, no solo por vosotros sino por los que vienen detrás. Os pido que oréis por todos los orientadores que en este momento están en el punto de mira y la ley perversa e injusta puede caer sobre ellos». Está firmada por «P. Santiago».
eldiario.es se ha puesto en contacto con el sacerdote P. Santiago quien, a la pregunta directa «¿ha remitido usted una carta a los simpatizantes de EPE para que protesten por la información publicada por eldiario.es?», ha contestado que «por teléfono» no estaba dispuesto a comentar «asuntos serios». La misiva también incluye un decálogo sobre cómo redactar los textos.
En el encabezamiento deja claras sus intenciones: «Para que la verdad brille frente a las tinieblas». Y luego dice: «Os pido que escribáis una respuesta madura, reflexionada, racional, nada emotiva, experiencial. Que se vea la madurez de vuestro proceso». Este grupo aplica las siglas PMS, proyección al mismo sexo, cuando se refiere a la homosexualidad.
«La vida gay es una mentira como la copa de un pino»
Después de este correo electrónico han comenzado a llegar textos de algunos simpatizantes que han seguido estas directrices. Textos que dicen: «Un usurpador ha querido hacer daño a mi querida amiga y hermana en la fe católica: B. V». Y prosigue que se sintió «metido en el infierno más profundo y me explico: hacía un año mi padre había fallecido y yo me había divorciado; gracias a Dios tuve dos hijos. Una parejita. De repente todo lo que yo había estado ocultando y la doble vida que había llevado surgió como una alergia en primavera, me refiero a PMS. Tengo que decir que llegué a estar unido legalmente según la legislación española a este muchacho y que un día de lucidez por fin inicié el trámite de mi divorcio».
El decálogo-guía del p. Santiago no deja lugar a dudas de su opinión ya que conmina a testificar sobre «vuestra alegría y esperanza de salir del infierno de la homosexualidad» y a «exigir la sanación de la heridas que se han puesto de manifiesto en la PMS»[proyección hacia el mismo sexo]. Y remata echando mano del concepto «tiranía de la ideología de género y cultura gay».
En ese sentido, otro de los textos remitidos a eldiario.es ilustra este sentimiento: «Yo no quería la vida gay. Todo lo que he visto sobre ella es sórdido y falso, lleno de mentiras y de dolor. Todo». Y defiende estas prácticas asegurando «¿Qué homofobia, si cuando sales del armario resulta que pasas a ser el héroe intocable, y te prometen éxito, amor y sexo a tope? (la realidad es otra, claro, pero eso no te lo dicen. Ya lo descubres tú después). La vida gay es una mentira como la copa de un pino y el que diga lo contrario, o no ha estado allí, o miente para preservar la tiranía del pensamiento único».
Una tercera carta de protesta asevera que «yo puedo decir alto y claro que mi vida está siendo renovada y mi corazón está descubriendo a través de la sanación de mis heridas que los sentimientos de PMS, la búsqueda incesante de estímulos sexuales y la adicción que posteriormente experimenté, no me conforman como la persona que soy. Y que todo eso me ha producido un daño que se va reparando todavía con acompañamiento y orientación. No sé que pasaría si me infiltrase en un bar de ambiente gay y descubriera la oscuridad e insatisfacción en las vidas de todos los que allí se encuentren».
Apoyo al arzobispo Reig-Pla
EPE, autodenominado «grupo de personas de distintos países de Iberoamérica», aparece relacionada con el obispado que dirige Juan Antonio Reig Pla desde hace muchos años. De hecho, esta carta explicita que la persona al cargo de la terapia desvelada por eldiario.es –vinculada directamente con el obispado– está en sus filas. En 2012, el propio boletín de la diócesis publicaba una noticia titulada «Monseñor Reig Pla recibe docenas de testimonios de personas que han abandonado el estilo de vida gay y han iniciado itinerarios de esperanza». Allí aparecían, en múltiples ocasiones, referencias a los métodos de EPE. Más adelante, una guía de recursos del obispado ofrecía vídeos y el enlace de esta organización para «apoyo y ayuda». Aquí aparece un lenguaje muy similar al aplicado por EPE al hablar de PMS (proyeccion hacia el mismo sexo) para referirse a la homosexualidad (según la organización: «Una de las manifestación de la herida del desamor»).
La carta que promueve este movimiento finaliza con un «el Señor ha vencido. Solo es necesario mostrar la verdad al mundo y suscitar la esperanza y el entusiasmo en nuestra vida. Amigos, adelante. Dios os bendiga.»
Carta de EPE pidiendo testimonios
URGENTE – ACCIÓN SOLIDARIA Estimados amigos y hermanos de EPE: Os envío esta noticia de un periódico español que sale hoy Martes en relación a una de las orientadoras de EPE. Os pido que HOY MISMO enviéis vuestra PROTESTA y TESTIMONIO a esta dirección del periódico: pistas@eldiario.es y a continuación me enviéis a mí vuestra respuesta.
Todas estas respuestas las enviaremos a otros medios de comunicación para que la VERDAD brille frente a las tinieblas. OS PIDO QUE ESCRIBÁIS UNA RESPUESTA MADURA, REFLEXIONADA, RACIONAL Y NADA EMOTIVA, EXPERIENCIAL. QUE SE VEA LA MADUREZ DE VUESTRO PROCESO. En vuestras respuestas, tened muy en cuenta:
- Total anonimato.
- Utilizar el lenguaje adecuado:
- Hablar de PMS.
- De acompañamiento en la sanación de heridas.
- De maduración integral de la personalidad hacia una vida de comunión y solidaridad.
- De elección personal y responsable de este camino que ninguna ley puede impedir.
- Contar vuestra historia, vuestro testimonio, vuestro “antes” y “después”, vuestro cambio, vuestra alegría y esperanza de “salir del infierno de la homosexualidad” (primera página web que dio después lugar a EPE). Sed maruros en vuestra respuesta.
- Denunciar y exigir el derecho a poder elegir la sanación de las heridas que se han manifestado en la PMS y de realizar un Itinerario de Maduración Integral.
- Poned los países a los que pertenecéis para que se vea que es una respuesta internacional.
- Mostrad vuestra solidaridad con Mons. D. Juan Antonio, Obispo de Alcalá, con el COF y con B.V.
- Pedid a todos los obispos de la Iglesia católica que denuncien la TIRANÍA de la Ideología de género y la cultura gay y promuevan una formación-maduración integral de la personalidad y un acompañamiento a las personas con PMS que quieren sanar y madurar.