El arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, ha anunciado este jueves su renuncia tras los escándalos de abusos a menores, según ha confirmado el arzobispado. El párroco alega que presenta su petición al Vaticano —quien debe autorizar la renuncia— porque mañana viernes cumple 75 años. Ayer miércoles, Pujol restó importancia a los abusos en su diócesis, que han sido revelados en los últimos días, al señalar que se debieron a un «mal momento» del rector de la parroquia de Arbeca y otras poblaciones leridanas, Josep Maria Font. Pujol consideró que los hechos no eran «tan graves» como para forzar la secularización del religioso y remató sus declaraciones asegurando que «todo el mundo puede cometer errores».
Presentar la renuncia a los 75 años es lo habitual en la Iglesia. La diferencia la marca el tiempo que transcurre hasta que el Papa la acepta. En algunos casos, pueden pasar años. En otros, como en el caso reciente de los obispos de Chile o del arzobispo de Perú, Juan Luis Cipriani, por distintos motivos, la rúbrica fue casi inmediata. Fuentes vaticanas admiten la preocupación por la polémica que ha rodeado a Jaume Pujol y apuntan a que la aceptación de su renuncia podría producirse de forma rápida.
Font es uno de los sacerdotes cuyos abusos a menores han aflorado en los últimos días. Ayer acabó su actividad pastoral, que llevaba a cabo en Arbeca, tras hacer público un comunicado en el que pedía disculpas «a todas las personas a las que haya podido ofender o decepcionar». El día anterior, Pujol había apartado de sus funciones al párroco de Constantí (Tarragona), Francesc Xavier Morell, también presuntamente involucrado en tocamientos a menores.
El arzobispo de Tarragona ya había anunciado el pasado diciembre que pondría su cargo a disposición del Papa a principios de febrero, cuando cumpliera 75 años, la edad de jubilación de los obispos, según se recoge en el Código de Derecho Canónico. No obstante, la presentación de la documentación requerida no implica necesariamente el retiro de sus funciones.