En febrero de 1907, como hemos estudiado en otro artículo, el PSOE denunció la existencia de un arancel que cobraba el Obispado de Astorga, aprobado en 1891, y tolerado por el Gobierno. El problema residía en que el arancel establecía la obligación de los feligreses de la diócesis leonesa, exceptuando los de Astorga, de cabezas de partido y los pobres, de entregar anualmente a su párroco correspondiente un cuartal de trigo o centeno, o un cántaro de vino donde hubiera, a elección del contribuyente en relación con lo que se conocía como las “cuatro ofrendas”, es decir, Navidad, Pascuas de Resurrección y Pentecostés, y la festividad del patrono de cada pueblo. Algunos pueblos se negaron a pagar y se entabló en contencioso que los feligreses perdieron. Pero el Partido Socialista consiguió que el Ministerio de Gracia y Justicia dictara una Real Orden de 27 de marzo de 1908, que aprobaba el nuevo arancel de aquella diócesis, pero suprimiendo aquellos tributos, considerado por los socialistas como medievales.
Pues bien, en el final del otoño del año siguiente, los socialistas tuvieron que seguir batallando contra esta situación ante la llegada al Comité Nacional de repetidas quejas de las Sociedades Obreras de Pobladura del Valle, Santibáñez, Távara y varios pueblos del distrito de Benavente. Los párrocos seguían requiriendo judicialmente la exacción del cuartal de trigo, cántaro de vino, o en su defecto el pago de dos pesetas.
Ante las nuevas quejas recibidas el Partido Socialista intentó averiguar cuál era la demarcación eclesiástica de la diócesis de Astorga. No fue tarea fácil, y se tuvo que escribir a los interesados pidiendo datos, que fueron remitidos, mientras se seguían cobrando el cuartal.
Al final, los socialistas llegaron a la conclusión que el obispo no había cumplido con su obligación de trasladar a los curas párrocos el nuevo arancel aprobado en el mes de marzo. Así se expuso en El Socialista, aprovechando el artículo para fustigar con dureza a las autoridades eclesiásticas españolas en las diócesis.
Una comisión del PSOE volvió a visitar al ministro de Gracia y Justicia para protestar. El marqués de Figueroa expresó su disgusto ante lo que se le comunicaba, y prometió poner en conocimiento de la autoridad eclesiástica competente el hecho, y de dar órdenes a los presidentes de las Audiencias para que ordenasen a los jueces municipales que no admitiesen las demandas de los curas párrocos.
Pueden consultarse: E. Montagut, “El PSOE frente al Obispado de Astorga en 1907”, en Observatorio del Laicismo, y el número 1187 de El Socialista, de diciembre de 1908, así como el nº 1154 de 27 de abril donde, además de explicarse las acciones de los socialistas locales y del Comité Nacional del PSOE, se inserta la real orden.
Eduardo Montagut. Doctor en Historia