Francesc Pardo afirma que no sería correcto enterrar al dictador en un templo religioso, «especialmente si la población ha sufrido las consecuencias del dictador», aunque aclara que «sería diferente» si se decidiera enterrarlo en un cementerio situado al lado de una iglesia.
El obispo de Girona, Francesc Pardo, se ha mostrado contrario a que dictadores como Francisco Franco sean enterrados en el interior de iglesias, catedrales o basílicas, ya que se les puede relacionar con «puestos de honor», y considera que sus restos deberían trasladarse a un cementerio.
Contradice así al portavoz de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, que afirmó el pasado 3 de octubre que «no puede negar a un cristiano» el enterramiento, ya que «los muertos no tienen carné político».
En una entrevista en la Cadena Ser Catalunya, el obispo ha afirmado que, a pesar de que «toda persona tiene derecho a ser enterrada», entiende que, si un dictador es sepultado en «un sitio de fácil visita», como una iglesia», puede resultar «inaceptable para la población».
Para Pardo, que es obispo de Girona desde 2008, no sería correcto enterrar a Franco en un templo religioso, «especialmente si la población ha sufrido las consecuencias del dictador», aunque aclara que «sería diferente» si se decidiera enterrarlo en un cementerio situado al lado de una iglesia.
La familia de Franco ha mostrado su voluntad de enterrar al dictador en la catedral madrileña de la Almudena, después de que el Gobierno haya decidido exhumar sus restos del Valle de los Caídos.
Sobre la voluntad de la familia de Franco, el obispo ha reconocido que, al haber colaborado en la construcción del panteón de la Almudena, tendría «cierto derecho de depositar los restos del dictador en ese espacio». Pardo ha constatado que «hay un choque entre la voluntad del Gobierno y la de la familia», y por ello sería positivo que «ambas partes llegaran a un acuerdo«.