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El Vaticano ahora dice que se puede ser “virgen” luego de haber tenido sexo

Vírgenes consagradas de Estados Unidos salieron al cruce y se manifestaron “profundamente decepcionadas”. Una noticia con algo de humor.

Como siempre, el Vaticano está en cosas importantes. A principios de mes, una institución de la Santa Sede con un nombre kilométrico (Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica) emitió un documento con un nombre impronunciable (Ecclesiae Sponsae Imago) en el que afirma que una mujer puede ser consagrada como virgen a pesar de haber tenido sexo en algún momento de su vida.

Una virgen consagrada es una mujer que decide casarse con Dios… o con Cristo… o con el Espíritu Santo, que para los efectos es lo mismo, porque aunque nadie lo entiende estos tres son la misma persona. El casamiento se hace con todos los chiches: vestido de novia, ritual, obispo dando la misa. Divino. Después de eso, la mujer se compromete a vivir una vida de castidad, meditación y entrega a oficios misericordiosos, aunque, claro está, la esposa debe trabajar y proveerse de su propio sustento, porque la viña del señor solo le da de comer –con dinero estatal- a curas, monjas y obispos.

Sea como sea, las muchachas que gusten de tener no uno sino tres maridos invisibles, ahora no tendrán que ser, estrictamente hablando, verdaderas vírgenes. El documento del Vaticano afirma que “haber guardado el cuerpo en perfecta continencia o haber vivido ejemplarmente la virtud de la castidad, aunque es de gran importancia en orden al discernimiento, no constituye requisito determinante en ausencia del cual sea imposible admitir a la consagración.” A revolear la chancleta muchachas, que todavía hay esperanzas de ser consideradas sagradas por la Iglesia.

Claro que, si van a adoptar un chongo, mejor sean discretas. El documento también requiere que, de haber tenido alguna experiencia sexual, esta no haya sido vivida de forma “pública y manifiesta”. Suponemos, por mera suspicacia, que haber tenido chongas supone un nivel de “manifestación pública” que automáticamente descalifica a la participante del premio de la consagración. Cristo no se casa con cualquiera, chiques.

Sucede que el Señor, habilitado aparentemente a practicar la poligamia, tiene acumuladas unas 5000 esposas en el mundo y algunas de ellas se enojaron con la resolución de la Santa Sede. Por ejemplo, la Asociación de Vírgenes Consagradas de Estados Unidos sacó un comunicado en el que expresa que sus integrantes se sienten “profundamente decepcionadas”. Lo que no sabemos es si se quejan por la flexibilización de los requisitos o porque no les avisaron que podían tener sexo al menos una vez antes de aceptar la consagración. Ahora es demasiado tarde. Sorry vírgenes yanquis, the ship has sailed.

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