Diversos medios han recogido la noticia propagada por la Universidad de Salamanca (http://saladeprensa.usal.es/
Con esta celebración, la Universidad de Salamanca demuestra que, junto al honor de ser muy antigua –la más antigua de España–, mantiene el deshonor de ser vieja en el peor sentido de la palabra. Que siga ofreciendo misas y renovando esa «Octava del Corpus» y esa absurda «devoción inmaculista» (¿cómo puede tener devoción una universidad?), todo ello desde una «Junta de la Real Capilla» institucional, significa que persevera como una trasnochada universidad confesional católica, en una burla de la aconfesionalidad que se le exige como institución pública, y del carácter científico que debe prevalecer en la supuestamente más elevada institución académica.
En estos días en los que se está rememorando y revisando el episodio entre Unamuno y Millán Astray en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca el 12 de octubre de 1936, los actos netamente católicos que perviven en esta institución permiten constatar, más de 80 años después, que la inteligencia y el respeto a la diversidad de las conciencias no han salido todo lo vivos y triunfantes que debieran.
Desde UNI Laica urgimos a que la Universidad de Salamanca, de carácter público, se haga digna de su misión intelectual al servicio de toda la sociedad salmantina y española dejando definitivamente atrás unas prácticas y adhesiones confesionales que son más propias de aquel ignominioso franquismo que de una democracia.
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