La parroquia de San Blas se ha propuesto liderar el proyecto para recuperar la ermita de Santo Vito, original del siglo XVI y en estado de ruina. Su párroco, Antonio Pariente, cuenta ya con el beneplácito del obispo de la Diócesis, Francisco Cerro Chaves, para comenzar a dar los primeros pasos.
«Desde el Obispado llevamos tiempo planteándonos diversas opciones para recuperar para la ciudad la ermita de San Vito, de la que existen referencias históricas desde principios del XVI», ha explicado a este diario el prelado de Coria-Cáceres.
«Nuestro deseo es poder llegar a acuerdos con diversas instituciones, entre ellas la parroquia de San Blas, a la que pertenece la ermita, el Ayuntamiento y la Junta de Extremadura para recuperar el edificio. Estamos en un momento de estudio y análisis de la situación. Mostramos nuestra completa disposición para colaborar para que el proyecto de rehabilitación sea una realidad», apostilla Cerro Chaves.
Las palabras del prelado cacereño han estado motivadas por las últimas declaraciones de la alcaldesa, Elena Nevado. El pasado día 17 de enero la regidora visitó el barrio de San Blas. Al ser preguntada por la ermita de Santo Vito y la rehabilitación prometida hace años por el Consistorio, Nevado fue rotunda en su respuesta. «La ermita es de la Iglesia y hay que preguntarle al señor obispo. Cada uno tiene su patrimonio y cada uno tiene que invertir en el patrimonio. Estaríamos encantados de que se recuperara la ermita», dijo la alcaldesa, quien emplazó al Obispado a tomar la iniciativa.
Dicho esto, aclaró que estaría dispuesta a colaborar en un proyecto de restauración, siempre que la Diócesis tomara las riendas. Y habló de la posibilidad de buscar financiación de la Junta de Extremadura para que la Universidad Popular, a través de una escuela taller, pudiera ejecutar la obra.
Existe, además, un proyecto que ha sido sufragado por el Ayuntamiento de Cáceres. Fue adjudicado en el mes de mayo de 2012 por un importe de 11.950 euros. El presupuesto máximo que aparecía en el pliego de condiciones para contratar el proyecto cifraba en 200.000 euros las obras de restauración.
Pero este proyecto se ha guardado en un cajón, a pesar de que el Consistorio ha anunciado en más de una ocasión que arreglaría la ermita. En 2011 la entonces alcaldesa, Carmen Heras, se brindó a acometer la obra a través de la Universidad Popular. Y en 2012, ya con Nevado como alcaldesa, se anunció que las obras arrancarían ese mismo año. Los hechos demuestran que no fue así. Cuando se terminó de redactar el proyecto la escuela taller con la que se iba a ejecutar la obra estaba en su recta final y no dio tiempo a asumir la reforma.
La ermita sigue en pie, en parte, gracias a la campaña que emprendió en 1993 para que el Ayuntamiento no la demoliera. El Consistorio había planificado derribarla para levantar en su lugar viviendas. Santo Vito y sus alrededores eran en aquella época una zona marginal de la ciudad, marcada por la venta de droga y la delincuencia. Ante las protestas levantadas, el Consistorio salvó de la piqueta a Santo Vito y al edificio vecino, El Refugio, con la promesa de recuperarlo. Santo Vito es en la actualidad una construcción en ruinas. Ha ido perdiendo la techumbre y sus muros están llenos de maleza.
Ya en 2016 la parroquia anunció que arreglaría la ermita, pero aparcó el proyecto al haber necesidades más urgentes entre sus feligreses. Parece que ahora la cosa va en serio. Antonio Pariente quiere mantener un encuentro con el Ayuntamiento para hacerle partícipe de la iniciativa y buscar su colaboración a la hora de buscar financiación, en la línea marcada por el obispo.
En la ciudad existen otros ejemplos de ermitas rehabilitadas con fondos públicos. El más claro es el de San Benito, en la urbanización Ceres Golf. Su restauración fue sufragada por la Junta de Extremadura y el Ayuntamiento y ejecutada por la Universidad Popular. Se realizó en dos fases (en 2001 y 2009) y la inversión total ascendió a 1.700.000 euros.