Los secretarios de Justicia y Nuevos Derechos, Andrés Perelló, y de Laicidad, José Manuel Rodríguez Uribes, han saludado la celebración mañana 9 de diciembre del Día Internacional del Laicismo que defienden varios colectivos, como una ocasión “para afirmar, mañana más que nunca, nuestro compromiso con la necesidad de avanzar hacia un Estado laico, hacia la España civil, en la que la política y el derecho gocen de autonomía plena respecto a la religión”.
Ambos dirigentes recuerdan que la elección de la nueva dirección socialista en el último Congreso Federal trajo la creación de una Secretaría Ejecutiva de Laicidad en el marco del Área de Justicia y Nuevos Derechos que dirige Andrés Perelló, “lo que demuestra la apuesta del partido por profundizar en la construcción de un verdadero Estado laico en nuestro país. Un Estado que sea neutral frente a las distintas confesiones religiosas, concepciones del bien u opciones de ética privada y que, al tiempo, favorezca el respeto mutuo, el pluralismo, la ciudadanía inclusiva e igual y, en última instancia, la autonomía moral de todas las personas”.
Es tiempo de dar pasos en esta dirección, sostienen Perelló y Rodríguez Uribes, después de que “hace cuarenta años, nuestro país pasara del nacional-catolicismo franquista, de la existencia de una religión oficial y obligatoria para todos, a la no confesionalidad del Estado. Fue un paso importante en términos históricos que se alcanzó con la constitución de 1978 y con la recuperación de la democracia”.
Por todo ello, se hace necesario recordar que todas las personas “deben poder decidir su plan de vida libremente, con el único límite del respeto a los otros, a su libertad y a las leyes comunes”, dado que la laicidad “supone profundizar en nuevos derechos y en nuevas libertades que son el resultado lógico de la extensión de la libertad, de su dinamismo, con nuevos contenidos o con nuevos sujetos titulares de esos derechos”, en una causa que “afecta especialmente a los momentos importantes de la vida, incluida la muerte. También a nuestra identidad y orientación sexual, a los modelos de familia, a las cuestiones de bioética o de bioderecho, al combate contra el machismo, contra el fanatismo religioso o contra la intolerancia ideológica o política, incluido el terrorismo”. “Una sociedad laica responde a todos estos desafíos combinando adecuadamente neutralidad, respeto, legalidad y compromiso con la libertad”, concluyen.