El Tribunal Rabínico de Jerusalén ha concedido el divorcio a una mujer con la condición de que no denuncie en los tribunales ordinarios los «hechos del pasado», una expresión con la que hace referencia a la supuesta violación y la agresión que sufrió de su marido, ha informado el diario ‘The Jerusalem Post’.
La organización de derechos de las divorciadas Mavoi Satum, que representa a la mujer, ha presentado una denuncia ante la Fiscalía General para que abra una investigación sobre la actuación de los jueces del tribunal rabínico por extorsión y por interferencia en los procedimientos de investigación.
El matrimonio se divorció en febrero de 2016 y, durante el proceso de divorcio, la mujer denunció que el marido era violento con ella y con sus hijos y que le había violado. Su esposo negó esas acusaciones y el Tribunal Rabínico aseguró que no había pruebas suficientes para demostrar la acusación.
Sin embargo, el hombre insistió en que, como parte del acuerdo de divorcio, la mujer debía aceptar que no presentaría ninguna denuncia sobre los hechos ante la Policía, refiriéndose a ese episodio como «hechos del pasado».
El acuerdo de divorcio también exige a la mujer que acepte transferir el pacto del tribunal familiar en el que se concertó al tribunal rabínico. Según la exesposa, ella aceptó firmar el pacto tras recibir presiones de los jueces del tribunal rabínico, lo que le hizo temer que le denegaran el divorcio.
La legislación judía establece que un divorcio solo será válido cuando el marido esté dispuesto a concederlo y la esposa lo acepte. Existen miles de casos de rechazo de divorcio y decenas de mujeres que llevan muchos años viendo denegada su petición de divorcio.
La organización de defensa de los derechos de las divorciadas Mavoi Satum decidió defender a la mujer y descubrió el acuerdo de divorcio que había firmado bajo presión. La directora de esta organización de defensa de las divorciadas, la abogada Batya Kehana Dror, ha subrayado que el acuerdo de divorcio es completamente ilegal y ha presentado una denuncia en la Fiscalía General para que investigue a los jueces rabínicos por su conducta.
«El tribunal rabínico no solo denegó el derecho de la mujer a denunciar ante la Policía y le animó a ocultar a la mujer a ocultar información que debe proporcionar sino que lo encuadró en un fallo judicial oficial. Parece alentar y aprobar la interferencia en un procedimiento de investigación y extorsión», ha afirmado Kehana-Dror.
En su opinión, el fallo del tribunal rabínico tiene «graves consecuencias» al fomentar la «violencia en el entorno familiar». «Cuando los maridos criminales sepan que el tribunal rabínico puede silenciar a una mujer y exigir que no presenten denuncias como una condición para el divorcio», ha explicado.
La Autoridad de Tribunales Rabínicos ha asegurado, por su parte, que el acuerdo fue redactado por abogados cualificados, incluido el de la mujer, y que su contenido fue acordado tanto por el hombre como por la mujer.
«Las pruebas para apoyar la denuncia de violación y de violencia no fueron aportadas al juez rabínico pero él creyó que había una posibilidad clara de que la mujer pudiera quedar ligada (ver denegado el divorcio). Por tanto, tras garantizar que la mujer aceptaba voluntariamente el acuerdo y que entendió el significado del acuerdo, pensó que sería mejor aprobar el acuerdo sin interferir en tema de una denuncia ante la Policía antes que poner a la mujer ante el riesgo de ver denegado el divorcio», ha señalado el organismo.
La Autoridad de Tribunales Rabínicos ha concluido cargando contra la directora de Mavoi Satum, a quien ha acusado de ser la responsable de sacar este tema «de las profundidades» por su «lucha» contra los tribunales de rabinos.