José Manuel Rodríguez Uribes (Valencia, 1968) ocupa desde este domingo la recién creada secretaría de Laicidad de la nueva ejecutiva del PSOE. Profesor titular de Filosofía del Derecho, fue entre 2005 y 2011 director del Gabinete del Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, dirigido por el fallecido Gregorio Peces Barba, de quien se considera su discípulo.
En su último libro Elogio de la laicidad. Hacia el Estado laico: la modernidad pendiente (Tirant Lo Blanch) asegura que los desafíos a los que se enfrentan las democracias en el siglo XXI, la diversidad cultural y de formas de vida hacen cada vez más necesaria la secularización de la vida pública. Admite, en este sentido, que hay privilegios de la Iglesia católica que hay que corregir porque «no caben en una sociedad democrática». De hecho, aunque afirma que los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero fueron «los que más han hecho por los derechos y libertades de muchos colectivos», sí admite que en ese periodo la jerarquía católica «siguió manteniendo un papel desproporcionado».
«La tentación para limitar los privilegios de la Iglesia católica es aumentar los de otras confesiones. Yo ese camino creo que no hay que recorrerlo. Hay que respetar a las distintas confesiones, que las personas tengan libertad para elegir la confesión que vea oportuna y que la puedan practicar incluso socialmente… Pero en el espacio público institucional el Estado tiene que caminar hacia una neutralidad escrupulosa.»
«Si se trata de escuela pública la neutralidad tiene que ser clara y la religión como enseñanza dogmática no tiene ningún sentido…. Cuestión diferente es la enseñanza concertada o la privada, donde puede haber un ideario que la Constitución protege y entiendo que sí se podría enseñar esa materia confesional.»
«La filosofía del constitucionalismo es necesariamente laica. Pero es verdad que hay posos de la vieja confesionalidad de España, como el tema del Concordato…»
«Creo que ha habido muchos avances, pero hay algunos privilegios que siguen que son incomprensibles, incluso para los católicos. Por ejemplo, que la Iglesia católica no pague el IBI de sus bienes inmuebles no relacionados con el culto es algo que no tiene ni pies ni cabeza. También es un retroceso que los funerales de Estado sigan siendo católicos…»
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