La Consejería y los sindicatos alcanzan un principio de acuerdo para desvincular la festividad religiosa y los Carnavales del calendario escolar
La comunidad cántabra mantedrá los cinco bimestres con una semana de descando entre ellos en lugar de los tres trimestres habituales
Los estudiantes de Cantabria no tendrán el próximo curso vacaciones en Carnavales ni tampoco en Semana Santa. En su lugar, dispondrán de una semana a finales de febrero y otra en el mes de mayo. Es el principio de acuerdo que, según ha podido saber eldiario.es, han alcanzado este viernes la Consejería de Educación y los sindicatos, partidarios ambos de desvincular el calendario escolar de las festividades religiosas.
El departamento que dirige el socialista Ramón Ruiz ya revolucionó el año pasado el sistema educativo al sustituir los tres timestres habituales por cinco bimestres, introduciendo una semana de vacaciones entre cada uno de ellos. Además, también acortó las vacaciones de verano al iniciar el curso en los primeros días de septiembre y concluirlo a finales de junio.
Con el principio de acuerdo alcanzado este viernes, la Consejería de Educación da un paso más para racionalizar los tiempos escolares y que estos no queden a merced del las festividades religiosas como la Semana Santa, cuya celebración varía cada año entre el 22 de marzo y el 25 de abril dependiendo del calendario lunar -la Pascua comienza el primer domingo tras la primera luna llena de primavera-.
De este modo, los estudiantes cántabros tendrán a lo largo del curso cuatro descansos de una semana. El primero, entre el 30 de octubre y el 5 de noviembre; el segundo, en Navidad -del 23 de diciembre al 7 de enero-; el tercero, del 22 al 27 de febrero y, finalmente, del 30 de abril al 4 de mayo. Se mantienen como festivos Jueves Santo y Viernes Santo, además del resto de fiestas habituales.
El comienzo del curso será el 7 de septiembre para Educación Infantil y Primaria; el día 12 para los alumnos de ESO y el 14 para Bachillerato. Y concluirá los días 22, 26 y 29 de junio, respectivamente, para cada ciclo.
Este calendario aun no es definitivo aunque, según señalan a este diario fuentes cercanas a la negociación, «tiene un 99% de posibilidades» de salir adelante. «Está hecho, solo falta ratificarlo la próxima semana», subrayan.
Dos alternativas
Para ajustar este curso que está a punto de concluir al sistema de una semana de vacaciones por cada cinco bimestres, la Consejería no tuvo mayores dificultades, ya que las fechas de las festividades religiosas así lo facilitaban. La mayor novedad residió en la semana de descanso de noviembre, tal y como trató de remarcar el titular de Educación ante el revuelo creado.
Sin embargo, el próximo curso 2017/2018 está más complicado debido a que la Semana Santa se celebra muy pronto, a finales de marzo, mientras que este año Jueves Santo cayó el 13 de abril.
Ante esta tesitura, la Consejería planteó a la Junta de Personal Docente dos posibilidades. Una más tradicional, con el tercer periodo no lectivo entre el 9 y el 13 de febrero, coincidiendo con Carnavales, y con el cuarto a continuación de la Semana Santa, como se ha hecho este año. El otro, el más novedoso, es por el que finalmente se ha optado. El resultado de días lectivos es el mismo: 175.
El consejero de Educación ya ha manifestado públicamente en varias ocasiones su deseo de establecer un calendario escolar fijo para todos los cursos sin que esté sujeto a las festividades religiosas. Por el momento, así sucederá casi con toda probabilidad el curso que viene.
Evaluaciones y jornada reducida
Además del calendario escolar, en la reunión que han mantenido la Consejería y los sindicatos también se ha analizado dos cuestiones en las que no ha habido consenso: el número de evaluaciones y la eliminación de la jornada reducida en los meses de septiembre y junio.
Respecto al primer asunto, los sindicatos demandan que vuelvan a realizarse tres evaluaciones y no cinco como ha ocurrido este curso a raíz del nuevo calendario. Según su opinión, que coincide con el dictamen hecho por el Consejo Escolar, la experiencia «no ha sido positiva», ya que las cinco evaluaciones suponen una «sobrecarga» de exámenes que genera «cierto estrés» en los estudiantes y de «trabajo burocrático» para el profesorado.
Tampoco ha habido acuerdo en cuanto a la eliminación de la reducción de la jornada lectiva en septiembre y junio que reclama la Federación de Padres y Madres de Cantabria (FAPA) para facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar. Ambas cuestiones han quedado sobre la mesa.