Algunos contenidos que aparecen en la campaña para promover la asignatura no están en el currículo
La Conferencia Episcopal Española lanzó el pasado marzo la campaña Me apunto a Religión dirigida a los alumnos de entre 13 y 17 años y a sus padres para animarles a estudiar la asignatura. La materia, según la Iglesia española, sirve para “entender las claves que han formado la historia, la política, el arte, las costumbres, la cultura”, para comprender el conflicto en Oriente Próximo y para aprender cómo las religiones han movido el mundo y por qué el cristianismo ha defendido siempre la dignidad humana. Sin embargo, no todos estos contenidos están presentes en los currículos de Religión y Moral Católica de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y de Bachillerato elaborados por la Conferencia Episcopal y publicados en el BOE del 24 de febrero de 2015.
Esta es la comparación entre lo que la campaña asegura que se aprende en la materia de Religión y el currículo real de la asignatura para alumnos de 3º de ESO a 2º de Bachillerato, los cursos en los que los estudiantes tienen entre 13 y 17 años si no han repetido:
Conflicto en Oriente Próximo
“La asignatura afronta las tensiones en Oriente Próximo, la preocupación por los refugiados, las causas del terrorismo”
La única posible alusión al conflicto en Oriente Próximo aparece con una mención a Israel, en 4º de ESO, bajo el epígrafe “La revelación: Dios interviene en la historia”. En este bloque, el criterio de evaluación establecido para el alumno es “reconocer y valorar las acciones de Dios fiel a lo largo de la historia”. El alumno aplicado sabrá “identificar y apreciar la fidelidad permanente de Dios que encuentra en la historia de Israel”. Además “toma conciencia y agradece los momentos de su historia en los que reconoce la fidelidad de Dios”. Más allá de este contenido, no hay ninguna referencia a las tensiones entre judíos y palestinos.
No hay tampoco menciones concretas a “la preocupación por los refugiados” o a “las causas del terrorismo” que, según la Conferencia Episcopal, enseña la asignatura de Religión. En Bachillerato, podrían tratarse estos asuntos cuando se insta al alumno a “reflexionar sobre acontecimientos mostrados en los medios de comunicación”, una reflexión que se realiza en el bloque “El hombre, ser religioso que busca un sentido a la vida”. Es un apartado abierto en el que se puede recapacitar sobre una multitud de situaciones.
Política y Relaciones Internacionales
La asignatura de Religión ayuda a entender “cómo es la relación de las naciones y de las instituciones con la Iglesia”
La cita más clara sobre la relación de las naciones y la Iglesia aparece en un bloque de 2º de Bachillerato, cuyo objetivo es “deducir las consecuencias que implica la doctrina social de la Iglesia en el trabajo, las relaciones internacionales y la economía”, mientras que el único contenido relacionado directamente con la política es el que enseña a “comparar y apreciar la novedad entre el Mesías sufriente y el Mesías político”.
Pluralidad de religiones
“Las religiones son esenciales para entender cómo está organizado el mundo”
Sí hay referencias directas a las “religiones”, en plural, aunque se circunscriben básicamente a las monoteístas. En 4º de ESO, el alumno debe “aprender y memorizar los principales rasgos comunes de las religiones” —pero solo en las que creen en la existencia de un único dios— y conseguir ser capaz de “analizar y debatir las principales diferencias entre la revelación de Dios y las religiones”. Además, en Bachillerato, el alumno aprende a identificar y diferenciar “la diversidad de respuestas salvíficas que muestran las religiones”.
Arte y cultura
“Las expresiones artísticas de cualquier tipo tienen una connotación religiosa de la que no se puede prescindir”. “La vida cristiana, presente en la península Ibérica desde hace 20 siglos, ha configurado las tradiciones culturales y las costumbres de millones de españoles”
De los 16 bloques de estudio repartidos en los cuatro años analizados, solo la mitad del último –en 2º de Bachillerato- está dedicado específicamente al arte, a pesar de que el estudio del arte es una de las cuatro áreas de “conocimiento” que destaca la campaña. En él, el alumno debe comprender que “algunas creaciones culturales son la expresión de la fe”. Para ello, “seleccionará obras de arte, investigará sobre el autor y descubrirá su sentido religioso”.
En cuanto a la cultura, existen alusiones tanto en la ESO como en Bachillerato. En 3º de ESO los estudiantes deben aprender a demostrar que “la experiencia cristiana ha sido generadora de cultura a lo largo de la historia”. En Bachillerato, se estudia el “significado del término y las dimensiones de la cultura”.
Fe y creencias
“En Religión no se te pregunta por tus creencias, sino sobre el contenido de la asignatura impartida”
La campaña lanzada por la Conferencia Episcopal asegura que la asignatura “no mide tu fe sino tu conocimiento”. Sin embargo, algunos aspectos del currículo contradicen esta afirmación. En 4º de ESO el alumno estudia un bloque con el contenido “La fidelidad de Dios a la alianza con el ser humano”. El criterio de evaluación que marca el currículo es “reconocer y valorar las acciones de Dios fiel a lo largo de la historia” mientras que el estándar de aprendizaje, es decir, lo que determina hasta qué punto el alumno alcanza el criterio de evaluación, es que “toma conciencia y agradece los momentos de su historia en los que reconoce la fidelidad de Dios”.
También en Bachillerato, en el bloque sobre la relación entre la razón, la ciencia y la fe, el estudiante supera la materia si “reconoce con asombro y se esfuerza por comprender el origen divino del cosmos y distingue que no proviene del caos o el azar”.
Dignidad humana
“Los principios cristianos dan lugar a sociedades que se abren al bien de la humanidad entera”
Todo el currículo de Religión y Moral Católica está salpicado de referencias a la dignidad humana, como “fundamento del misterio del hombre”. En Bachillerato, la asignatura profundiza en la doctrina social de la Iglesia.
Ciencia
No hay en este apartado ninguna cita en cursiva porque la campaña no promociona los bloques de estudio dedicados a la relación entre ciencia y fe. En ellos, el alumno aprende, entre otras cosas, a “conocer y distinguir los diferentes métodos utilizados por la persona para conocer la verdad” pero también a “aceptar y conocer con respeto los momentos históricos de conflicto entre la ciencia y la fe, sabiendo dar razones justificadas de la actuación de la Iglesia”. En este último punto, el estudiante, como se ha mencionado anteriormente, “reconoce con asombro y se esfuerza por comprender el origen divino del cosmos y distingue que no proviene del caos o del azar”. Además, debe debatir “respetuosamente” por ejemplo, sobre la condena a morir en la hoguera de Miguel Servet, “justificando razonadamente las causas y consecuencias”.