La Delegación de Culura recuerda a la Orden que los cambios deben ser notificados si se tratan de bienes declarados BIC
La iglesia de Nuestra Señora del Carmen fue declarada BIC hace ahora ocho años. Aquel nombramiento también incluía a las 63 obras de arte del siglo XVIII que atesora el monumento. Ahora que los Carmelitas se van, parece que algunos de sus bienes se están trasladando a otros conventos que la Orden posee en Andalucía, tal y como están denunciando los ciudadanos en las redes sociales, aunque no todos integran el listado de obras protegidas.
Entre las piezas que ya no pueden verse por la parroquia figuran el Cristo en marfil pertenecientes al ático del retablo del Niño de Praga y el Cristo del altar de la Dolorosa, que actualmente se exponen en el convento de Santo Ángel de Sevilla; también ha salido del templo la Custodia del Manifestador; el Niño Jesús sedente de la capilla de Porta Coeli; un cuadro de la Sagrada Familia; otro del Salvador del Mundo; una pequeña Virgen del Carmen atribuida a Salzillo y una pequeña Virgen del Carmen del S.XVIII. También se llevaron la imagen de un Niño Jesús y de un San Antonio, aparte de una representación de la Transverberación de Santa Teresa.
La cuestión es que no han informado a la Delegación Provincial de Cultura, tal y como establece la Ley si de un bien protegido se trata. Desde la Delegación aseguran que se han dirigido a la Orden de los Carmelitas “solicitando información sobre si se han producido cambios de ubicación en alguno de los bienes incluidos en el Decreto88/2009, de 14 abril”, por el que se inscribieron en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como BIC, con la tipología de Monumento. En este sentido “se les recuerda la obligación de comunicar cualquier modificación que se pretenda hacer con los citados bienes muebles”.
Y es que la Ley es clara (17/2007 de 26 de noviembre de Patrimonio Histórico de Andalucía), pues establece que “los bienes muebles incluidos de forma expresa en la inscripción de un inmueble como Bien de Interés Cultural (…), son inseparables del inmueble del que forman parte y, por tanto, su transmisión o enajenación sólo podrá realizarse conjuntamente con el mismo inmueble, salvo autorización expresa de la Consejería competente en materia de patrimonio histórico”.
Esta normativa especifica asimismo que las personas propietarias, titulares de derechos o simples poseedoras de bienes muebles inscritos (…), además de las obligaciones establecidas en otros preceptos, deberán, antes de efectar cualquier cambio de ubicación de dichos bienes, notificarlo a la Consejería competente en materia de patrimonio histórico. Se exceptúa de esta obligación el cambio de ubicación dentro del mismo inmueble en el que esté el bien”.
Pero nada de esto ha ocurrido, de modo que la Delegación de Cultura “está a la espera de contestación de Los Carmelitas”.
Por su parte, también solicita información de estos posibles traslados ADIP (Asociación para la Difusión e Investigación del Patrimonio Cultural de la Provincia de Cádiz). Uno de sus representantes, Moisés Camacho, reflexionaba sobre “el valor del Bien inmueble catalogado con y sin estos bienes muebles”. Sobre todo, al tratarse de bienes vinculados durante años e incluso siglos a esta ciudad, señalaba.
Hay que recordar que estamos hablando de uno de los edificios más sobresalientes del barroco dieciochesco de la ciudad, construido entre 1743 y 1762 por la Orden Carmelita Descalza. Su posición frontal al mar y su contundente fachada lo convierten en uno de los más importantes hitos identificativos de Cádiz, por otra parte muy vinculado a la historia de esta ciudad, pues entre sus solemnes muros secelebró el solemne Te deum de acción de gracias del 18 de marzo de 1812, con motivo de la proclamación de la Pepa. Así, cuando fue declarada BIC se recordó la valía de piezas tan importantes como los retablos rococó de madera tallada y dorada que decoran la iglesia, además de sus esculturas, piezas de orfebrería, pinturas de caballete, muebles y lámparas de araña. La iglesia alberga en total nueve retablos, considerados entre los más destacados de la retablística barroca gaditana del XVII, destacando el dedicado al Niño Jesús de Praga o el de San Juan de la Cruz en conversaciones con el Nazareno.
Así que toca preguntarse si ¿Realmente tiene el mismo valor la iglesia de Nuestra Señora del Carmen sin todos estas reliquias que parece que están saliendo por la puerta de atrás y casi sin avisar? ¿Puede el Carmen desprenderse de su valioso legado artístico y seguir siendo BIC?