Desde Europa Laica-Cádiz, nos oponemos a la concesión de la medalla de oro de la ciudad de Chiclana a la orden religiosa «Agustinas Recoletas» que se debatirá en el Pleno de 16 de diciembre. Entendemos que la adjudicación de Honores y Distinciones de la Ciudad tiene como uno de sus objetivos poner de manifiesto modelos de comportamiento de personas o entidades y esto no es cumplido por los siguientes motivos:
1. Viola la aconfesionalidad y neutralidad del Estado que impone la Constitución en su Artículo 16.
2. El Juez de Instrucción del expediente administrativo, el concejal del PSOE, D. Francisco Salado Moreno, es un conocido catequista y dirigente cofrade,… es difícil encontrar un atisbo de neutralidad en dicha elección de «Juez».
3. Premia el modelo de sumisión absoluta del clero católico, donde en sus «votos» (pobreza, castidad y obediencia) ofrecen una alienante obediencia ciega, renunciando a Derechos Humanos fundamentales como la libertad de movimiento o la sexualidad, con la imposición de vestimentas totalmente inadecuadas para nuestro clima, o impedir mostrar el cabello, en esto no se diferencian de algunos sectores de la religión islámica hiyab, chador.
4. Por la situación de aislamiento y la permanencia en clausura, muy distinto del clero varón, con un porcentaje ínfimo de enclaustramiento. El aislamiento puede producir indefensión, véase el caso de las monjas hindúes en un convento de las madres Mercedarias de Santiago de Compostela. Ésto es contrario al modelo supuestamente impulsado por el Ayuntamiento en su Delegación de Igualdad, donde se rechazan estereotipos patriarcales, que anulan la libertad e independencia de las mujeres, germen de la violencia contra las mismas.
5. Porque viven aisladas de la sociedad. Es dudoso que pueda cumplirse la exigencia que impone el Reglamento de Honores y Distinciones: «la trascendencia de la labor realizada en beneficio u honor de esta Ciudad». Es contrario a la aconfesionalidad del Estado evaluar una labor, fundamentalmente, encaminada a la adoración y adoctrinamiento religioso.
6. Por sospechar que esta concesión de Medalla Honorífica sea un paripé y la medalla acabe adornando la estatua de Jesús Nazareno, perteneciente al convento de esta orden religiosa. La entidad solicitante es la misma que lo hiciera el pasado año para la citada imagen, frustradamente, porque el reglamento no permite el honor a objetos. Las firmas fueron recogidas para la concesión a una imagen de un cristo, no para apoyar su concesión a una orden religiosa.
7. Porque la mayoría de medallas concedidas, 4 de 5, serían a entidades o personas consagradas religiosamente: Colegio La Salle, Colegio de los Salesianos, un misionero y ahora una orden de monjas de clausura. La única medalla civil concedida fue a D. Fernando Quiñones, famoso escritor natural de Chiclana. El escoramiento clerical es bastante evidente.
No es razonable que un Ayuntamiento premie labores y cultos religiosos, es totalmente contrario a la aconfesionalidad del Estado. Existen en Chiclana decenas de personas o entidades culturales, docentes, sanitarias… (Colegios, IES, Centros de Salud) que merecen esta distinción por su labor comunitaria, independientemente de si profesan religión alguna. Deducimos que el Ayuntamiento, y su alcalde del PSOE, priman de forma descarada a los miembros de una religión concreta en contra de la obligada neutralidad institucional.