Amigas y amigos, buenos días:
Nos encontramos aquí para hablar de la laicidad y las administraciones locales, pero no podemos empezar sin cuestionarnos y analizar el entorno social, político, geográfico e histórico en el que nos movemos.
En el combate entre las religiones, todas ellas totalitarias, y el librepensamiento, los librepensadores hemos cometido el error de pensar que una vez alcanzada una meta era ya irreversible. Hoy sabemos que los seguidores de todas las creencias no descansan nunca, siempre están a punto para avanzar y nunca están dispuestos a retroceder. Así cuando creímos, entre mediados del siglo XIX y los años 50 del siglo pasado, que la ciencia nos liberaría ellos estaban poniendo las bases para crear un sistema educativo mundial, en que la enseñanza fuera una mercancía, que hiciera de las personas sujetos pasivos que no se cuestionaran el porqué de las cosas ni se preguntaran si cabía alguna solución para mejorar la humanidad. Pero sí que los conocimientos técnicos que les dieron les hicieron pensar que sabían mucho. Podemos poner muchos ejemplos, de momento nos limitaremos a citar el resultado de los referéndums del brexit o el de la paz en Guatemala, también el del resultado electoral en EEUU, o en España y la terrible situación en que se encontrarán nuestros colegas franceses cuando tengan que elegir entre un representante de la derecha dura y de la ultraderecha, o dicho de otra manera entre un fascista y un nazi.
Hoy vemos el resultado de esa estrategia, cada vez hay más ignorantes, hasta en la Casa Blanca, cada vez la gente es más intolerante y pensar se ha convertido en un ejercicio peligroso. Las religiones han ocupado gran parte del espacio público, de los medios de comunicación, de la política y de la judicatura.
En ese contexto debemos volver a empezar. Ahora se han inventado los términos interculturalismo e interconfesionalismo, después de que los términos multicultural y multiconfesional se hayan desprestigiado, ya que, descaradamente, no son más que el mantenimiento de los privilegios de las religiones mayoritarias, repartiendo migajas a las minoritarias.
Tan finamente lo han desarrollado que han convencido a los creyentes progresistas y modernos, a los pertenecientes a las nuevas corrientes políticas que se creen muy laicistas, e incluso a bastantes laicistas honestos que no han adquirido al hábito de dudar y pensar.
Llegamos pues a plantear el tema que nos ocupa en relación con el Ayuntamiento de Barcelona, después de las elecciones del 2014 se ha hecho cargo de la gestión un grupo de “izquierdas” descendiente de las ocupaciones de plazas y calles del 15-M, parecían muy decididos a cambiar las cosas pero su inexperiencia y sobre todo el convencimiento de que saben más que nadie, secuela del tipo de escuela a la que hemos hecho referencia en párrafos anteriores, solo consiguen cambiar el nombre de las cosas sin hacer nada nuevo bajo el sol, y además se muestran muy satisfechos de sus “logros”.
Una de las cosas de las que se sienten más satisfechos es haber eliminado del folleto de la fiesta mayor de Barcelona el anuncio de la misa a la que venían asistiendo las autoridades como si fuera un acto político, aunque en realidad lo era disfrazado de acto religioso. Cuando les hicimos ver que ese anuncio no tenía por qué ser retirado, como no lo sería el de cualquier asociación que en los días de fiesta organizara carreras ciclistas o campeonatos de juegos de cartas. Les indicamos que lo que debían hacer es cambiar el protocolo para impedir que los concejales como autoridades asistieran a esos actos, su cara de perplejidad fue notable.
Hace pocos días nos invitaron a la presentación del programa para que las religiones puedan disponer de locales para el culto, con ayudas públicas claro. Nuestra crítica de que su “interconfesionalismo” no era más que otra forma de nombrar el multiconfesionalismo, que ambos son contrarios a lo previsto en la constitución que señala que España es un estado aconfesional, y en último termino a la laicidad. En fin, la larga mano de la iglesia contra el laicismo llega a todas partes.
Ante esta situación nos hemos planteado en primer lugar olvidar la mala experiencia de la Lliga per la laïcitat de Catalunya (Liga por la laicidad de Catalunya) y reinventar una forma de relación que nos permita coordinar los esfuerzo en el camino hacia un estado laico.
Para ello hemos iniciado contactos con Catalunya Laica (o sea Europa Laica allí) y con la Fundació Ferrer i Guardia, basándonos más en los trabajos que podamos emprender conjuntamente que en las definiciones o los razonamientos. En primer lugar, el 18 de octubre organizamos un debate entre representantes de algunos partidos políticos, del Ayuntamiento y de las tres organizaciones citadas, con el título “¿Es Barcelona una ciudad laica?” sobre qué deficiencias en laicidad detectábamos en los ámbitos local, comarcal, provincial y de la Generalitat de Catalunya. Sobre ese torbellino de ideas empezaremos a concretar prioridades, objetivos y métodos.
El primer inventario de propuestas incluye entre otras:
Principio del formulario
PROPUESTAS LAICIDAD
Igualdad de derechos:
- Combatir la islamofobia y otras fobias, formular un plan en este sentido, con nuestra participación.
- Instaurar un marco legal para las celebraciones cívicas igual para todas las organizaciones sean religiosas o no
- Abrir la participación a los no creyentes a los comités de ética de los hospitales, públicos y privados, (¿dónde haya representación de alguna religión?)
Financiación, subvenciones y transparencia:
- Aclarar que causas pueden justificar la concesión de subvenciones.
- Según qué tipo de subvenciones pueden comportar modificaciones en la propiedad.
- La tendencia general debe ser acercarnos cada vez más a la autofinanciación.
- Hacer públicos todos los ingresos y gastos, así como los contratos, negocios etc.
Propiedades de las religiones:
- Definir local de culto, hacer el censo y aclarar cada propiedad
- Pago IBI: control y exigencia radical
- Se han inmatriculado propiedades últimamente (10 últimos años) revisar si ha habido apropiaciones ilegítimas
- Comprobar permisos de obras
- Comprobar si la iglesia católica paga IVA de las entradas en sus locales, Sag. Familia, Catedral, etc.
- Aunque las autoridades tienen un protocolo sobre locales de culto, hay que revisarlo especialmente el tema de las mezquitas. La Ley del Parlament también hay que revisarla.
Educación y Formación:
- Dejar de desviar plazas de la pública a la privada
- Preparar una oferta de taller para adolescentes, a impartir en los Institutos de secundaria, sobre laicidad, libertad de consciencia, etc.
- Participar en las escuelas de formación de los funcionarios de las administraciones con sede en BCN sobre laicidad
- Participar en las escuelas de formación de los partidos políticos para exponer la laicidad y las dificultades para progresar en el tema.
- Defensa de los valores de la Ilustración, los valores republicanos y los de las declaraciones internacionales de derechos.
Organismos específicos de relaciones con las religiones
- Diversificar la procedencia de los directivos de esos entes de las administraciones públicas. (hasta hoy 100% de católicos.
- Poner nombres relacionados con la libertad de conciencia (la libertad religiosa sólo es una parte)
- Unificar con las oficinas dedicadas a la colaboración con las asociaciones de carácter general, e incorporar al departamento de Justicia. Al final podemos plantearnos la necesidad de la existencia de alguna de dichas oficinas, en un estado laico la intervención del estado debe ser mínima.
- En la web de alguno de estos organismos figura una lista de religiones, pero no de organizaciones de otras opciones de conciencia. Ver si hay que poner en un apartado especial aquellas organizaciones que trabajan por la laicidad, aunque no sean opciones de conciencia.
Diccionario:
- Hacer gestiones en la sede del Instituto de Estudios Catalanes para mejorar las definiciones de Laico, Laicidad y laicismo en el Diccionario General de la Lengua Catalana que actualmente están mucho más sesgadas hacia posiciones de parte interesada, en este caso la iglesia católica, de los que figuran en otros idiomas.
Laicidad:
- Revisión de las fiestas y calendarios
- Estudiar e intervenir en el tema de la relación entre los islamistas y la Constitución, impulsando los valores de la Ilustración
- Impulsar, nuevamente, la creación de una Comisión de Estudio de la Laicidad en el Parlamento de Cataluña, y dotarla de contenido.
- Poner un nombre de calle «de la laicidad»
- Eliminar la participación religiosa en los funerales u otros actos de estado.
Medios:
- En los medios públicos revisar el sesgo cristiano. Uso de «seglar» y no «laico»
- En los medios públicos sacar todos los espacios religiosos, o añadir espacios de Ateos y de agnósticos
Uso del espacio público:
- Rescatar para su uso no discriminatorio la sala Abraham, que fue construida para que durante las Olimpiadas del 92 se pudieran celebrar los cultos de todas las religiones y que, terminados los actos deportivos, se cedió su gestión a la iglesia católica, quien al cabo de un tiempo transformó la sala en una parroquia. ¿Otra inmatriculación encubierta?
- Reforzar la igualdad en el uso de la vía pública.
Interconfesionalidad:
Sectas:
Hay un problema con el tema de las sectas, y con las actitudes de las religiones hacia la democracia, la homofobia, la sexofobia, la misoginia, discriminación por otras razones, secretismo, apropiación de bienes (por cesión voluntaria (?) O por incapacidad de los propietarios, (herencias manipuladas, etc.), delitos de pedofilia, etc. ¿Qué hacer? tratarlos como si nada? ¿En caso de duda ignorarlas? ¿Denunciar los casos sospechosos? ¿Hay que hacer un protocolo? ¿Expulsarlas del registro de entidades religiosas? Reformular el tema de que son religiones, que sectas, y que sectas destructivas, en la futura Ley de Libertad de Conciencia.
Cuestión final:
Reciclar el trabajo ya realizado, hace unos años, por la Liga por la Laicidad de Cataluña con las «64 reflexiones y propuestas» en referencia a los aspectos locales y de la Generalitat.
Salud,
Albert Riba
Presidente de la UAL
Director de la AILP