Interesante la campaña del “xtantos” en los medios de comunicación para convencer a los contribuyentes de que marquen la casilla de la Iglesia en su declaración de IRPF. Ignoramos su coste, pero la análoga de 2014 fue de 4.651.000 de euros.
Desconcertante, en todo caso, el proceder de los creativos de la agencia de publicidad al fijar como claimde la campaña el mismo de aquellos cursos de idiomas que prometían el inglés sin esfuerzo. La senda ascética del sacrificio per aspera ad astra la reservan para otras actividades como las deportivas o académicas, mientras que poner la X en la casilla se ofrece con la ventaja imbatible del coste cero.
Interesante también la aparición en estos días de la “Memoria anual de actividades de la Iglesia Católica en España” correspondiente a 2014. Se trata de una obligación nacida del acuerdo entre el gobierno y la Nunciatura Apostólica de diciembre de 2006, que elevaba la asignación tributaria del 0,5239% de cada declaración al concluir la exención del IVA de que gozaba la Iglesia al 0,7%. Contaba un buen amigo que el vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal, Fernando Giménez Barriocanal, le había comentado cómo fuera de deferencias y torneos florales nada habían avanzado las pretensiones de la Conferencia durante los ocho años del gobierno de José María Aznar, mientras que con Zapatero los obispos españoles habían alcanzado sus últimos objetivos económicos.
Asombra el texto de la memoria que se presenta con un año de retraso sin consecuencia alguna y sin que los líderes de los partidos hayan tenido a bien comentar. La Conferencia, más que dar explicaciones, comparece en actitud de exigir, como si no supiéramos apreciar el bien que se nos hace en esta santa casa, según cantábamos de pequeños cuando nos llevaban de excursión. Más que referirse a los 250 millones de euros recibidos por la asignación tributaria en 2014, exhiben según cálculos sorprendentes su contribución al PIB por encima del 3,1% y a la generación de empleo. Usan para ello un lenguaje y unos conceptos sin punto alguno de tangencia con los paradigmas evangélicos. Picos, palas y azadones y por supuesto de COPE y 13 TV y de sus sesgos políticos, nada que decir.