La Dirección de la Guardia Civil y el Gobierno de España han aceptado la propuesta planteada por la Asociación Virgen de los Desamparados de Gandia y han concedido el fajín de general de la Guardia Civil a la imagen de la Mare de Déu que se venera en la Colegiata de esta ciudad.
Será hoy cuando, con la asistencia del delegado del Gobierno de España, Juan Carlos Moragues, y el general jefe de la Guardia Civil en la Comunitat Valenciana, Fernando Santafé, tenga lugar el acto de imposición del fajín que, desde ahora, situará a la Mare de Déu como «generala» honorífica del instituto armado.
La petición llegó de la presidenta de la Asociación Virgen de los Desamparados de Gandia, Irene Peiró, quien transmitió la idea a Juan Carlos Moragues y que, a su vez, la elevó a la Guardia Civil. La propuesta fue recogida positivamente y la decisión ha sido que el fajín de generala que luzca la imagen de la Mare de Déu de Gandia sea el que llevó José Fayos, un general de brigada retirado, natural de la Font de la Figuera y muy vinculado a Gandia. Fayos considera un honor que este elemento sea colocado alrededor de la cintura de la imagen mariana.
Según señalaron ayer representantes de la Asociación de la Virgen de los Desamparados, hace tiempo que habían pensado solicitar esta distinción para la imagen gandiense, dado que, como recordaron ayer, la «Geperudeta» original de la Basílica de Valencia ostenta el título de capitana general desde hace siglos.
«Nos hacía ilusión, e incluso estábamos pensando en escribirle al rey», indican desde la entidad que preside Irene Peiró, satisfechos con la respuesta que han obtenido de la Guardia Civil y de la delegación del Gobierno en Valencia.
El último reconocimiento honorífico de la imagen dels Desemparats de Gandia le llegó el año pasado cuando el entonces alcalde de la ciudad, Arturo Torró, le concedió, por acuerdo de pleno, la vara de mando que llevan las primeras autoridades locales. Aquella fue una decisión que acabó en polémica porque los partidos de izquierda se opusieron a ello. De hecho, Torró intentó que la ciudad nombrara a la Virgen «alcaldesa perpetua» de Gandia, algo que, como se comprobó después, resultaba imposible porque vulneraba la ordenanza municipal de honores y distinciones.
