Poca chicha tenía el pleno municipal ordinario correspondiente al mes de marzo, que se celebró a partir de las seis de la tarde en el Ayuntamiento de la plaza Peral. Quizás por eso, y porque tampoco dio para mucho el debate de los asuntos que a priori destacaban (como la creación del Consejo Municipal de la Plaza de Toros o la aprobación definitiva de la ordenanza de cesión de locales a entidades y asociaciones) de nuevo el punto que levantó más pasiones fue el de la petición por parte de los grupos de PP y Ciudadanos para la concesión de la Medalla de Oro de la ciudad a la Patrona y Alcaldesa Perpetua, la Virgen de los Milagros.
Esta propuesta llegaba al pleno por segunda vez en poco más de dos meses, después de que el pasado diciembre, días antes de las elecciones generales, PP y Ciudadanos, en esa ocasión junto al concejal no adscrito Carlos Coronado, elevaran por primera vez la propuesta, coincidiendo con la celebración en 2016 del centenario de la coronación canónica de la imagen.
En aquel momento la negativa del tripartito vino de la mano del argumento de que se trataba de una propuesta forzada que no había partido de una solicitud popular, sino de varios grupos políticos, al tiempo que alegaban que esta distinción no se contempla para una imagen, sino para una persona, entidad o colectivo, atendiendo al Reglamento Municipal de Honores y Distinciones.
Tras aquel primer rechazo el grupo municipal del PP emprendió una campaña de recogida de firmas, de las cuales llevan ya recolectadas más de 2.000, de manera que ayer la propuesta venía aderezada con esta documentación. Pero no coló. El equipo de gobierno tenía claro que no iba a dar su brazo a torcer en este asunto, como dejaron bien claro los portavoces de Levantemos (María José Marín) -de lejos la más vehemente- y con menos intensidad pero la misma postura los ediles Ángel M.González (por parte del PSOE) y Matilde Roselló (por Izquierda Unida).
Matilde Roselló argumentó que si bien ella personalmente, así como muchos miembros de su formación, es una persona creyente, no considera que sea procedente la concesión de esta Medalla de Oro a una imagen, ya que como dijo «a la Virgen le sobran medallas, capas y coronas. No ha lugar», añadiendo que la Patrona ya ostenta el honor de ser Alcaldesa perpetua de la ciudad.
María José Marín, por su parte, también se definió como una persona creyente y por eso mismo se sintió muy molesta porque se tratara de «mercadear con la fe». Marín cifró en 3.000 euros el coste que tendría la concesión de la medalla, más otra cantidad similar que sería necesaria para la celebración del acto de entrega, que normalmente se desarrolla en el teatro municipal. «Ningún político debería usar la fe como arma arrojadiza», dijo.
El portavoz socialista argumentó también que en el rango de honores municipales, el de Alcaldesa Perpetua de la ciudad es superior a la Medalla de Oro, por lo que consideró innecesaria su concesión, al tiempo que recordó que España es un estado laico.
De todas estas acusaciones se defendieron los populares a través de su edil Millán Alegre, quien ayer entendió que «no hay voluntad para darle la Medalla a la Patrona». Para Alegre «sería un reconocimiento no a una imagen sino a un grupo de personas que trabajan desde hace muchos años en una gran labor social», recordando que en muchas ocasiones las hermandades y asociaciones religiosas suponen un auténtico balón de oxígeno en la lucha contra las emergencias sociales.
Finalmente el edil popular lanzó un órdago al pleno al proponer que se modificara la moción para que fueran los propios portuenses los que mediante aportaciones particulares sufragaran la Medalla, aunque se quedó solo en el intento, al no entrar en ese juego el otro grupo proponente, el de Ciudadanos.