Los alumnos reclaman al rector que retire también los símbolos religiosos que hay en la institución – Renovación Convergente se muestra más reticente a la propuesta
Un universidad pública sin símbolos religiosos es una vieja reclamación de ciertos sectores tanto de la propia educación superior como de la sociedad en general. Sensible a esta petición y coincidiendo con la polémica levantada a raíz del juicio en Madrid por el asalto a una capilla de la Complutense en 2001, el rector de la Universidad de La Laguna (ULL), Antonio Martinón plantea recuperar ese espacio en su totalidad para uso de la institución. Su propuesta cuenta con el apoyo de la mayor parte de los colectivos de la comunidad universitaria de la Isla, especialmente entre el alumnado que incluso van más allá y le piden que emprenda el mismo camino y retire la simbología católica de algunas salas de la ULL.
Al respecto, el portavoz de la Asociación Canaria Estudiantil (ACE), Gabriel Villegas, entiende que Martinón ha sido «valiente» y aplaude que inicie «los pasos que demanda una sociedad laica». «Lo ideal sería mantener un espacio multiconfesional, como ocurre por ejemplo en las capillas de algunos aeropuertos, pero entendemos que no es el momento económico para emprender esa tarea», señala el portavoz del grupo estudiantil con mayor representación en la Universidad lagunera.
Por ello, sostiene que «lo acertado es suprimir ese espacio de culto y retirar además el resto de símbolos que hay en la Universidad», entre los que citó un crucifijo que preside la Sala de Juntas de la Facultad de Derecho. La misma percepción defiende el portavoz de la Asamblea del Movimiento Estudiantil Canario (AMEC), Gabriel Morales, quien reconoce que el colectivo «está alineado con esta propuesta del rector».
Argumenta el representante del alumnado que «en cualquier caso debe entenderse la universidad pública como un espacio laico y en el caso concreto de la Universidad de La Laguna la presencia de una capilla ni siquiera es necesario que cuente con un espacio de culto». «En la ciudad hay suficientes como para atender la demanda de los pocos universitarios que son usuarios», sentencia Morales, antes de concluir, al igual que su compañero de ACE, que «en cualquier caso tendría que haber símbolos multiconfesionales, pero como no cabe esa posibilidad, lo suyo es retirar los símbolos que hay».
Apoya la tesis de los grupos estudiantiles el portavoz del Grupo, colectivo representativo del Personal de Administración y Servicios (PAS). Al respecto, Alberto Marín defiende que «la propia sociedad va generando el uso de los espacios universitarios y en el caso de la capilla desde hace años se han venido desarrollando acciones universitarias dentro de ese espacio». «Se puede eliminar ese uso religioso porque es la tendencia natural», insiste el representante de Grupo, quien puntualiza que esta circunstancia es lo que diferencia a la ULL del resto de centros: «En otras universidades de España la capilla tiene más uso religioso que en La Laguna, por eso aquí no hay tanta controversia».
Algo más escépticos se muestran los colectivos del profesorado respecto a la propuesta de Antonio Martinón, aunque con diferencias. Así, mientras el portavoz de Programa, Teodoro Roca, dice no tener «inconveniente en que se recuperar», el representante de Renovación Convergente, Justo Pérez, lamenta la idea del rector porque «en la Universidad hay sitio para todos». A juicio de Pérez, «no es procedente iniciar este proceso ahora, que se basa más en una moda que en un planificación del uso de los espacios» y argumenta que «lo deseables es el uso compartido de los espacios y es precisamente lo que se está haciendo en la capilla desde hace años».
En ese sentido, Teodoro Roca admite que desde hace varios mandatos, esta zona de la ULL, ubicada en el Campus Central, se ha empleado para actividades diversas, especialmente como sala de exposiciones. En cualquier caso, el docente entiende que «hay que esperar a ver qué tipo actividades quiere el rector para ese espacio».