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El PSOE y Podemos chocan en su propuesta sobre la existencia de espacios de culto en edificios públicos

Ambas formaciones políticas coinciden casi plenamente en su voluntad de caminar hacia un Estado laico. Sin embargo, en medio del revuelo mediático generado por el juicio a Rita Maestre, mantienen posiciones opuestas en cuanto a los espacios dedicados al culto que existen actualmente en los edificios públicos. Podemos pide eliminarlos por completo, mientras que el PSOE pretende reconvertirlos en salas multiconfesionales.

En medio del proceso de negociaciones entre el PSOE y Podemos para lograr un acuerdo de investidura y de gobierno, esta semana se celebraba el juicio contra la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, por la polémica protesta realizada en la capilla del campus de Somosaguas de la Universidad Complutense en 2011. Decía Pablo Iglesias en un artículo publicado pocos días después del acto que las estudiantes que destaparon sus torsos tenían «más razón que un santo» en sus reivindicaciones. «Más allá la relevancia simbólica y anecdótica de la iniciativa estudiantil, lo que está claro es que las alumnas han puesto sobre la mesa una cuestión que tiene que resolverse y frente a la que los demócratas tenemos que posicionarnos de manera contundente: la existencia de centros de culto católicos en las universidades públicas», aseguraba.

Cinco años más tarde, su formación política se reafirma en aquella postura y se posiciona rotundamente en contra. En el programa electoral con el que concurrieron a las elecciones generales del 20D, Podemos se expresa de manera escueta pero clara sobre este asunto. Su voluntad pasa, en primer lugar, por la «anulación del Concordato» con la Iglesia Católica y, en segundo, por la elaboración de una nueva «Ley de Libertad de Conciencia«. Estos dos puntos suponen, entre otras muchas cosas, que la formación de Pablo Iglesias optaría por «eliminar las capellanías y los servicios religiosos en las instituciones públicas». Pero estas promesas del programa, tras el resultado de las urnas, tendrían que verse sometidas a la negociación con un posible aliado de gobierno.

Buena sintonía con el PSOE, pero no pleno acuerdo

Lograr que España se convierta en un estado más laico es un objetivo compartido tanto por los de Pedro Sánchez como por los de Pablo Iglesias. Sin embargo, para conseguirlo primero deberían ponerse de acuerdo para sustituir la actual Ley de Libertad Religiosa de 1980 por una nueva. En este punto, ambas formaciones coinciden en casi todos los aspectos, pues el Partido Socialista también contempla en su programa electoral aprobar una «Ley Orgánica de Libertad Religiosa y de Conciencia, que establezca un estatuto común en derechos y obligaciones para todas las confesiones». Sin embargo, en las negociaciones que mantienen durante estos días ambas formaciones para lograr un acuerdo de investidura, han decidido aparcar la cuestión espiritual. «Es un texto que se hace para sentar las bases de una coalición de gobierno, sobre una serie de cuestiones urgentes», justifican fuentes de Podemos.

Precisamente, sobre la sintonía que mantienen los de Iglesias con el PSOE en el campo de la laicidad se pronunciaba el pasado jueves Carolina Bescansa en Los Desayunos de Televisión Española. Señalaba que la voluntad de su partido es ubicar la religión en el ámbitoprivado y defendía que los centros públicos no deberían «ceder espacios gratuitamente» a ninguna religión. Pero, sin embargo, esa sintonía no significa plena coincidencia. Mientras que Podemos tiene una voluntad firme de sacar los espacios de culto de los hospitales, de las universidades y de los centros penitenciarios, los socialistas se muestran más cautos y hacen un planteamiento completamente distinto. Desde el PSOE se apuesta no por clausurar capillas y espacios dedicados al rezo, sino por «proceder a la transformación de los lugares de culto en los centros públicos en lugares de oración multiconfesionales».

Esto significa que, si en este futuro político tan incierto que se presenta, PSOE y Podemos tuvieran que sentarse a negociar específicamente qué hacer con las capillas y espacios dedicados al rezo en los centros públicos, sus posiciones podrían verse enfrentadas. Sin embargo, fuentes de Podemos aseguran a este periódico que su formación estaría abierta al diálogo. «Nosotros queremos caminar hacia un estado laico, pero de cómo debería ser o cómo no debería ser, son cuestiones que tendrían que hablarse», indican. Lo importante, señalan, sería «llegar a un punto de encuentro entre un estado laico y las necesidades de las personas y de las diferentes religiones».

Religiones compartiendo espacios: ¿es tan sencillo?

Actualmente, eliminar los servicios religiosos por completo de todos los centros públicos como plantea la formación de Iglesias podría entrar en conflicto con el derecho al culto y con los acuerdos firmados entre laIglesia y el Estado en 1979. En casos como el de las instituciones penitenciarias, los hospitales o el Ejército, puede resultar complicado o imposible para las personas que allí se encuentran ejercer su derecho al culto, a consecuencia de la restricción de movimientos que se tiene en estos contextos. El Observatorio del Pluralismo Religioso en España, dependiente del Ministerio de Justicia, anima en estos casos a los poderes públicos a «implicarse activamente en el proceso» y señala que «la implementación de salas multiconfesionales, resulta una solución idónea».

Sin embargo, situación diferente parece plantearse en las universidades, donde la libertad de movimientos de los individuos no está limitada. Además, los acuerdos con la Iglesia sólo establecen que son las propias universidades las encargadas de acordar con las diócesis la presencia católica en los centros. En España, dieciséis de las cincuenta universidades públicas cuentan con espacios habilitados para el culto católico y existen un total de 33 capillas, según señala la organización Europa Laica. La mayor parte se concentran en la Comunidad de Madrid, donde existen veintidós, repartidas entre varios de sus seis centros de titularidad pública. Sin embargo, ninguna otra confesión religiosa cuenta con zonas exclusivas de culto en estos centros.

Los espacios multiconfesionales que menciona la propuesta socialista para los edificios públicos no son algo novedoso, sino que llevan tiempo implantándose en centros de reciente construcción. En algunos hospitales de la Comunidad de Madrid ya se cuenta con salas de este tipo y en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, los creyentes de confesión evangélica comparten un oratorio multiconfesional con otros credos, mientras que los practicantes católicos cuentan con su propia capilla. Pero, ¿cómo deben ser estos espacios donde se pueden practicar rituales de tan diversa índole?

La Guía que edita el Observatorio de Pluralismo religioso señala que «la mejor solución sería implementar salas multiconfesionales de un modo que se minimizase cualquier posible incompatibilidad grave que pudiera producirse». «La diversidad de los perfiles de usuarios posibles determina que los espacios multiconfesionales han de diseñarse, implementarse y gestionarse de modo que su uso resulte cómodo para todos ellos sin lesionar los mínimos exigibles como imprescindibles por cada uno».

Es decir, las salas deben estar diseñadas de forma neutral para poder ser compartidas por todos los credos. Sin embargo, este hecho plantea numerosos interrogantes, debido precisamente a la disparidad de cultos y prácticas religiosas. Cuestiones como si debe haber sillas o alfombras, a qué hora pueden ser utilizadas por cada religión, cómo deben estar decoradas o si deben tener una orientación específica, deben ser tomadas en cuenta a la hora de pensar estos espacios.

PROPUESTAS COMPARTIDAS

A pesar de su divergencia en cuanto al asunto de las capillas, tanto el PSOE como Podemos coinciden en querer suprimir la simbologíareligiosa de las tomas de posesión de los cargos, así como de los edificios públicos; sustituir los funerales de Estado por actos de carácter civil; sacar la asignatura de religión del currículo y del horario escolar; recuperar los bienes inmatriculados; terminar con algunos privilegios fiscales de los que goza la Iglesia (IBI, casilla delIRPF); y conseguir que ésta avance hacia la autofinanciación.

Incluso, el PSOE plantea suprimir de la Constitución la referencia expresa a la Iglesia Católica. Podemos, por su parte, propone además que actos como los que protagonizó Rita Maestre dejen de ser considerados delito. En su programa electoral anuncia la voluntad de derogar «los artículos del Código Penal que tipifican como delito la supuesta ofensa a los sentimientos religiosos«.

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