La primera mezquita que se levantó en España 700 años después de la expulsión de los musulmanes fue la de Basharat, en Pedro Abad, a escasa media hora en coche de Córdoba. Qamar Fazal es su portavoz y pertenece a la comunidad musulmana Ahmadía, la más antigua de España, data de 1946. «Nos gustaría que se retrotrajera a esa España difícil y el esfuerzo de un humilde misionero en el contexto de las minorías religiosas de la época», señala Fazal para contextualizar la fecha en que su «yamaat», comunidad, se inscribió en el Ministerio de Justicia. «Con cariño, amor, perdón, comprensión, se ganó a todas las autoridades de la época para que le registraran nuestra religión», añade Fazal.
Es muy difícil no haber visto su mezquita, que se inauguró en 1982, en lo alto de una loma si se pasa por la Nacional IV que une Cádiz con Madrid. La principal diferencia con el resto de religiones musulmanas es que ellos sí creen que el reformador prometido por el profeta Mahoma para el restablecimiento de los valores perennes y sagrados ha venido. El resto de comunidades musulmanas, le espera. «La situación de los áhmadis, para entendernos, –aclara Qamal Fazal– es como la de los primeros cristianos, nosotros a ojos de otros musulmanes somos apóstatas y estamos perseguidos, vapuleados, humillados, no tenemos derechos básicos, pero el islam es el mismo, no hay ninguna diferencia entre el Corán que ellos leen y el que leemos nosotros, es solamente de interpretación».
Cuando se le pregunta cuántos fieles tienen en España, Abdul Razak, el presidente de la comunidad Ahmadía, responde que unos quinientos y en Pedro Abad hay 40 o 50. «En Pakistán, Bangladesh, Indonesia son nuestros fuertes, pero allí estamos prohibidos, por lo que nuestro V Jalifa [el equivalente al Papa, elegido por los representantes de los fieles] vive temporalmente en Londres», añade.
Matar en nombre del islam
Sobre qué piensan cuando se mata en nombre del islam, por los recientes atentados terroristas, citan el versículo del Corán que dice: «Quien mata a un inocente es como si estuviera cometiendo un crimen contra toda la humanidad». «Y esto no lo decimos nosotros, lo dice el santo Corán», continúa Fazal, «por lo tanto, cualquiera que utilice el nombre del islam para sembrar la discordia, según nosotros, no es musulmán». «¿Cómo es posible que una guerra sea santa y permita la muerte de inocentes?, eso es imposible.Detrás hay intereses personales, ocultos, de líderes sin escrúpulos que utilizan la religión, como ocurrió hace tiempo con el cristianismo también, no hay que tener miedo a la verdad», explica el portavoz de la primera mezquita de España.
Pero ustedes donde son perseguidos son en países musulmanes, no en los cristianos, le cuestiona este redactor, a lo que Fazal responde: «En Europa ahora sí es verdad que se ha conseguido una libertad de credo que permite que la gente exprese libremente su fe; también es verdad que la mayoría de los musulmanes no es radical. Hay gente buena que está buscando ese mensaje pacífico que todo el mundo desea». «El islam es un defensor absoluto de que cada persona practique lo que considere, el santo Corán en todos los aspectos de la fe, ha dejado total libertad, uno es libre para no creer en Dios, para ser musulmán, para ser judío, para ser cristiano… esas cuentas que uno tiene no las va a juzgar un imán, sino directamente con su Creador», concluye Fazal.