«Los retenidos son predominantemente mujeres y niños y proceden principalmente de la comunidad yazidí, pero algunos también son de otras comunidades y minorías étnicas y religiosas»
Unas 3.500 personas, en su mayoría mujeres y niños, se cree que están retenidas como esclavas en Irak por los milicianos del grupo terrorista Estado Islámico, quienes han impuesto un duro régimen marcado por las ejecuciones en público, según ha denunciado este martes la ONU.
En un informe, Naciones Unidas indica que 18.802 civiles murieron y otros 36.245 resultaron heridos como consecuencia de la violencia en Irak entre enero de 2015 y el 31 de octubre de 2015, mientras que 2,3 millones de personas se han visto desplazadas.
El informe, elaborado por la Misión de Asistencia de la ONU para Irak (UNAMI) y la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, está basado en los testimonios de víctimas, supervivientes o testigos de violaciones de los Derechos Humanos en el país.
Según el documento, el grupo terrorista ha cometido abusos generalizados que «en algunos casos podrían equivaler a crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y posiblemente genocidio».
Además, se estima que unas 3.500 personas «están siendo retenidas actualmente como esclavos por Estado Islámico». «Los retenidos son predominantemente mujeres y niños y proceden principalmente de la comunidad yazidí, pero algunos también son de otras comunidades y minorías étnicas y religiosas», según el documento, presentado en Ginebra.
Asimismo, el texto detalla ejecuciones por disparos, decapitación, con excavadoras, de personas quemadas vivas y lanzadas desde lo alto de edificios. Además, Naciones Unidas dice tener información sobre el asesinato de niños soldados que trataban de escapar y verificó informaciones que sugieren que entre 800 y 900 niños en Mosul han sido secuestrados para recibir entrenamiento militar y religioso.
«Incluso las obscenas cifras de víctimas no logran reflejar de forma precisa lo terriblemente que están sufriendo los civiles en Irak», lamentó el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raaad al Hussein, en un comunicado.
«Las cifras incluyen a aquellos que fueron asesinados o amputados por la violencia abierta, pero incontables más han muerto de la falta de acceso a alimentos básicos, aguas o atención sanitaria», subrayó, destacando que el informe ilustra el «horror» del que los refugiados iraquíes están tratando de escapar cuando huyen hacia Europa y otras regiones.
Abusos de otros grupos
Por otra parte, el informe también documenta presuntas violaciones y abusos de los Derechos Humanos por parte de las fuerzas de seguridad iraquíes y las fuerzas que les apoyan, incluidas las milicias y las fuerzas tribales, así como los peshmergas kurdos.
También denuncia que los civiles son víctimas de las «restricciones impuestas por el Gobierno a su capacidad de acceder a zonas seguras» en su huída de la violencia y cuando lo consiguen en algunos casos son objeto de «detenciones arbitrarias» mientras que otros son expulsados a la fuerza.