El Gobierno considera «desproporcionada» la reacción de la institución eclesiástica, que ha hecho un llamamiento a la sociedad civil cántabra para que se rebele ante la decisión del Ejecutivo de sustituir una hora de Religión por una de tutoría.
La Consejería defiende su independencia para gestionar educación «de la misma forma que nosotros no nos inmiscuimos acerca de la duración de las misas o el nombramiento de los prelados».
La Consejería de Educación del Gobierno de Cantabria no se ha achantado ante el llamamiento hecho por el Obispado de Santander «a la sociedad civil cántabra» para que se rebele ante la decisión del nuevo Ejecutivo de reducir una hora semanal en la asignatura de Religión en Bachillerato por una tutoría. Al contrario. El departamento dirigido por el socialista Ramón Ruiz ha emitido un comunicado de réplica claro y contundente, en el que exige a la institución eclesiástica que no se inmiscuya en la materia educativa.
«Permítanos defender nuestro derecho a gestionar la Educación, de la misma forma que nosotros no nos inmiscuimos acerca de la duración de las misas o el nombramiento de los prelados», argumenta la Consejería, que responde así a la nota de prensa enviada anteriormente por el Obispado, al que además destaca que España es un Estado no confesional. En este sentido, la Consejería rechaza que se esté «mermando cualquier derecho constitucional», como había afirmado el episcopado.
El nuevo Gobierno, presidido por el regionalista Miguel Ángel Revilla, también recuerda a la diócesis que la religión en la Educación es un «complemento», ya que la responsabilidad principal de las actuaciones confesionales «debe recaer en otros ámbitos: la familia y la parroquia». No obstante, subraya que no se ha eliminado la asignatura, sino que se trata de un «retoque horario» mediante el cual la Administración, en el ámbito de sus competencias, estima «imprescindible» garantizar una hora de tutoría al menos en el primer curso de Bachillerato.
La Consejería explica que en esta etapa no había una hora lectiva dedicada a «aspectos de orientación académica y profesional como las habilidades sociales, el desarrollo de la solidaridad o el respeto, valores tan importantes para el crecimiento personal y para el futuro profesional de los alumnos».
«El señor Obispo llama a la movilización de los padres, pero debe quedar claro que dicha reducción no supone una merma en la educación integral del alumnado», enfatiza el departamento de Ruiz.
Por todo ello, el Gobierno considera que la reacción del Obispado ha sido «desproporcionada» y, por ello, reclama a monseñor Manuel Sánchez Monge «prudencia», al tiempo que le anima a contribuir a mantener un «clima de paz escolar».
«Afirma usted que la religión promueve una convivencia abierta y serena; la misma actitud abierta y serena que esperamos del máximo responsable de la diócesis en el trato con esta Consejería. Más aún, le deseamos un fructífero desempeño de su labor pastoral y confíamos en que el señor Obispo contribuya al clima de paz escolar que caracteriza a Cantabria y que se incrementó con los gobiernos en los cuales el PSOE tuvo responsabilidad», finaliza el comunicado de la Consejería.
Además de reemplazar una hora de Religión en Bachillerato por una de tutoría, el Gobierno de Cantabria ha rescatado, como optativa, la asignatura de Educación para la Ciudadanía en la ESO, unos cambios con los que quiere «minimizar el carácter dañino» de la LOMCE.
Ramón Ruiz, consejero de Educación del Gobierno de Cantabria.