Andalucía Laica ha hecho público un duro comunicado en el que reprocha la distancia abismal que media entre los discursos y los hechos por parte del Partido Socialista y la Administración andaluza en materia de educación y laicidad.
“La Junta –explica Andalucía Lacia– ha dejado en manos de los centros de enseñanza la decisión de dejar en 45 minutos el tiempo semanal dedicado a Religión, o mantener los 90 actuales. Con la LOMCE en la mano, y de haberse tomado en serio su proclamada defensa de la escuela laica, la Junta habría optado sin más por la primera opción. Pero no, ha preferido dejar el marrón en manos de los centros, que tienen que decidir antes del 10 de junio”.
UNA VIEJA HERIDA
Aunque la crítica de Andalucía está referida únicamente a la aplicación por parte de la Junta de algunos preceptos de la nueva ley educativa aprobada en solitario por el Partido Popular, la denuncia de Andalucía Laica hurga en una herida que es mucho más antigua en el Partido Socialista: su sempiterno doble lenguaje en materia de laicidad, aconfesionalidad del Estado, Concordato con la Iglesia o –como en este caso– enseñanza de la Religión.
Preso tal vez de sus fantasmas del pasado, cuando un enfoque quizás imprudente –o insuficientemente pactado– de la cuestión religiosa durante la Segunda República generó muchos más problemas de que los que pretendía resolver, el PSOE de la Transición pero también de hoy en día mantiene una postura de ambigüedad calculada donde que la extrema cautela de sus políticas choca una y otra vez con sus proclamas y discursos.
¿PROFESORES? ¿SEGURO QUE PROFESORES?
Pero la combativa asociación andaluza también tiene bien fundados reproches para el denominado ‘profesorado de Religión: “Como cabía esperar, los catequistas, mal llamados “profesores” de Religión (pues no reúnen los requisitos de los verdaderos profesores, sino que no demuestran más mérito que el de ser designados por el obispo de turno), defienden como gato panza arriba lo que consideran sus “derechos laborales”. Y algún sindicato (CSIF) los apoya, sin considerar que el “trabajo” que hacen consiste en un adoctrinamiento infantil dictado por la Iglesia y a cargo de las arcas públicas”.
Desde Andalucía Laica se reclamó hace tiempo que a la Consejería de Educación que “la autonomía horaria que permite la LOMCE sólo se aplique para que los centros decidan qué materias troncales (Lengua, Matemáticas, Ciencias o Idioma) requieren una mayor atención curricular, y que deje el tiempo de Religión en el mínimo permitido por la LOMCE”.
NIÑOS Y CATEQUISTAS
En opinión de Andalucía Laica es preciso que los colegios “antepongan los derechos infantiles a los supuestos derechos laborales de personas que han accedido a sus puestos de catequistas de manera privilegiada, pues han sido designados a dedo por la Iglesia”. Por consiguiente, “ya que aún no es posible la deseable salida de la Religión de la escuela”, les pide que “limiten todo lo posible el tiempo asignado a este adoctrinamiento, 45 minutos semanales”.
Concluye su comunicado Andalucía Laica desenmascarando a la Junta de Andalucía, “que dice defender una escuela laica pero que a la hora de la verdad se lava las manos vergonzosamente, cuando no actúa en sentido contrario, como se ha puesto de manifiesto con la gratuita oferta de Religión en bachillerato y con unas instrucciones a los centros para la oferta de esa “asignatura” confesional que incuso violan el derecho constitucional a no declarar sobre las propias convicciones”.