Un borbón, Carlos III, los expulsó; otro, Fernando VII, les abrió de nuevo las puertas del país, y el actual Rey de España, Felipe VI, es amigo de los jesuitas. «Hoy tenemos el favor y el aprecio de Felipe VI», reconocía esta mañana el rector de la Pontificia Comillas, Julio Martínez, en la presentación del congreso ‘La restauración de la compañía de Jesús en España (1815-1835)’.
Para corroborar la cercanía real con los jesuitas, el padre Martínez contó que hace unas semanas estuvo saludando al Rey e intercambio con él «unas risas» precisamente sobre la expulsión de la Compañía:
-Majestad, le pido que no vuelva a proceder
-Yo ya estoy redimido de eso, porque parte de mis estudios los hice en vuestra Universidad de Georgetown.
-Y por el aprecio que le tiene a la Pontificia Comillas.
-Efectivamente.
No pensaba lo mismo Carlos III, que mandó cercar las casas de los jesuitas por los soldados, los concentró a todos y los metió en barcos con rumbo a ninguna parte. Eran 2641 los prófugos jesuitas en medio del Mediterráneo. Vagando sin rumbo durante tres meses. Sin nadie que quisiese recibirlos. «Una historia tristísima, que se la puede comparar con la pobre gente del sudeste asiático que vaga por el mar sin que nadie quiera recibirla. Una historia durísima con muchas muertes en la travesía».
Cuando volvieron a España, 48 años después de haber sido expulsados, los que pudieron retornar eran exactamente 127. Y muchos de ellos ancianos y gastados, pero dispuestos a volver a empezar. Para recordar este hito, la Pontificia de Comillas montó este Congreso, coordinado por Alfredo Verdoy y Henar Pizarro, con la participación de los mejores especialistas sobre el tema.
De hecho, el rector de Comillas, presentó a los dos primeros ponentes. Nada menos que José A. Ferrer Benimelli y Manuel Revuelta. Benimelli, uno de los mayores especialistas mundiales en masonería, disertó sobre ‘La Compañía en las tres celebraciones de la restauración’.
A su juicio, hay que hablar de «renovación» más que de restauración, porque aquel momento fue «el punto de partida de un proceso de crecimiento», a pesar de que la Compañía renovada «nace traumatizada por las inhumanas expulsiones».
Y regresa, desde Rusia (donde había sido acogida), como «la abanderada de la contrarrevolución, del orden liberal y antirepublicano». Es decir, los jesuitas retornados se convirtieron en «los guardianes de la alianza del trono y del altar».
Por eso, según Benimelli, la Compañía quedó identificada en el imaginario popular «con los valores de la restauración, peones del conservadurismo borbón y romano, ultras y retrógrados». Tanto es así que «el jesuita del siglo XIX no reproduce al del siglo XVIII, sólo procede de él».
En su retorno, los jesuitas se vuelcan en la educación y, cien años después de la restauración, ya cuentan con 15.000 alumnos en España y 75.000 en el resto de los países donde están implantados.
El padre Manuel Revuelta, uno de los más prestigiosos historiadores de la Iglesia, centró su disertación sobre ‘Las glorias de la restauración: la difusión del mito jesuita en España’. A su juicio, tanto el mito antijesuita como el filojesuita proliferaron en España. El primero, financiado por Pombal. El segundo, porque «los ataques suscitaron defensas, apologías o glorias» y porque «el antijesuitismo fue lo políticamente correcto en España durante décadas»
Existe, en este ámbito, una gran variedad de documentos laudatorios, defensivos y apologéticos. Algunas de estas respuestas a los ataques contra la Compañía era «clandestinas», como las del Padre Isla. También hubo defensores «ocasionales» de la Compañía, como algunos dominicos, que abandonaron viejas rencillas para apoyar a los jesuitas.
Entre los escritos laudatorios, el padre Revuelta destacó el ‘Dictamen fiscal’ de Francisco Gutiérrez de la Huerta y concluyó reconociendo que «en la alabanza, hubo exageraciones y tergiversaciones» y que «la confrontación de los dos mitos (jesuita y antijesuita) se prolongó durante largo tiempo».
El Congreso continuó con ponencias de Niccolo Guasti, Borja de Medina, Antonio Astorgano, Ignasi Vila, Viviana S. Piciulo, Bernardo Obrador, Rafael María Sanz de Diego, Wenceslao Soto y Alfredo Verdoy.
Mañana, intervendrán Pierre-Antoine Fabre, Manuel Ruiz, José Martínez, con la clausura de Manuel Revuelta.